Planea
Si tienes una agenda que llevas para el trabajo, simplemente ve si tienes unos 15-30mins en tu día. A veces podrías ir a caminar por 15 min. alrededor del edificio donde trabajas después de comer. Esto no solo te ayudara a digerir, si no también a darte un aire del estrés de la oficina. Esto al igual te dará un poco de energía para el resto de tu día, y a la vez hacerte sentir mejor.
Distribuye tu tiempo
Si te das como meta hacer algo de ejercicio al día, no todo tiene que ser al mismo tiempo. Tan solo esparce tu tiempo durante todo tu día. Si ayuda haz incrementos de 10 min. a la vez, caminando, estirándote y meditación o yoga. Durante el tiempo que estés sentado sobre la pelota participan muchos músculos de cuerpo a la vez, tu espalda, tus piernas, tus glúteos, tu centro, todo para mantenerse equilibrado.
Llévate unos refrigerios
Siempre como niños revisábamos nuestras loncheras a ver que rica cosa nos puso mamá. Pues al igual, de adultos no debemos de dejar de hacerlo. La noche anterior hazte una bolsita de refrigerios y hazlo para toda la semana. Incluye cosas ricas y nutritivas como: zanahorias baby, barritas de granola, yogurt de frutas, semillas como almendras y las frutas frescas que mas te gusten. Es así que mantendrás alimentando tu cuerpo y cerebro para todo el día, sin picar en porquerías como frituras y dulces.
Toma las escaleras
Si trabajas en un edificio y tienes la opción de tomar las escaleras, hazlo. Esto contara como tu ejercicio diario. Si quieres, invierte en un podómetro. Lleva el conteo de los pasos que tomas diariamente y trata cada vez de aumentar lo que caminas.
Lleva un diario
Si dedicas 10 min. antes de acostarte para llevar un diario de lo que consumiste durante el día, te darás cuenta como están tus hábitos alimenticios. Esto te ayudara a pensar que puedes evitar y que puedes remplazar por algo más saludable. Solo sabremos todo lo que nos hace daño hasta que nos tomemos un poco de tiempo.