Alergia al sol: causas, síntomas y tratamiento

Además de la precaución que debemos tener para evitar quemaduras y problemas debidos a una inadecuada exposición al sol, hay un cierto grupo de alérgicos que comienza su calvario: los alérgicos al sol.

Se conoce como Erupción Poliforma Leve (EPL), y hay mucha gente que la padece sin saberlo.

Si tras un día de playa o piscina comienzas a notar una reacción en tu piel similar a la de una reacción alérgica común, puede que seas alérgico al sol.

No se conoce su causa exacta, pero algunos estudios desvelan que esta puede ser causada por una reacción a la luz ultravioleta, como una especie de hipersensibilidad retardada por la acción de este tipo de rayos.

Aunque pueda parecer poco común, aproximadamente entre un 10 y un 20% de los europeos sufren esta afección, sobre todo en mujeres con la piel blanca. Aunque no se conoce la causa, algunos médicos piensan que puede haber predisposición genética a padecer esta alergia.

El período de mayor incidencia, como es lógico, es el verano, pero muchas de las personas que la sufren no la identifican, pues en muchas ocasiones aparece con efecto retardado: desde horas hasta días después de la exposición al sol.

¿Cómo se manifiesta?

Suele surgir en forma de sarpullido, con rojez, descamación, ampollas y comezón en las zonas afectadas, que suelen ser los antebrazos y el escote (zonas muy sensibles a la exposición a la luz solar al llevarlas ocultas durante el resto del año).

¿Qué hacer si sospecho que tengo alergia al sol?

Debes de acudir a tu médico, que realizará un diagnóstico. Si este sale positivo, te recetará cremas esteroides con vitamina D, aunque existen otros tratamientos como píldoras de esteroides o fototerapia (una estrategia para que nuestro cuerpo logre acostumbrarse a la luz solar). También se emplean en muchas ocasiones remedios naturales como la avena, el aloe vera o incluso el vinagre.

No te alarmes si tienes alergia al sol, pues solamente tendrás que ser un poco más cuidadoso que la media, aplicándote filtros solares de alta protección. Los filtros, siempre superiores al factor 30, deben aplicarse generosamente, poniendo un énfasis especial en el rostro y en los hombros y pecho. Además, es recomendable aplicarlo al menos 30 minutos antes de la exposición al sol, pues de este modo cuando comenzamos a exponernos al sol la crema ya ha penetrado en la piel y la protección es mayor.

Tendremos que aplicarnos el filtro cada dos horas, preferiblemente tras el baño.