Andar: Beneficios y consejos para habituarse a hacer ejercicio suave

La operación bikini está a la vuelta de la esquina, ya que cada vez queda menos tiempo para lucir palmito en bañador. Es por ello que mucha gente se obsesiona con empezar a hacer deporte de una forma que roza lo obsesivo, maltratando su cuerpo durante tres meses para poder quitarse esos kilos de más.

Quien se dedica a hacer ese sobreesfuerzo es porque quizás no sabe que es más práctico y ofrece el mismo resultado hacer deporte durante todo el año, a muy poca escala, pero de forma continuada.

¿Hace cuánto que no os vais a andar? Sí, a andar. Con el chándal y las zapatillas, a dar una vuelta por el campo, por un parque o por la ciudad. Andar media hora al día quema unas mil calorías a la semana y si camina con más intensidad, puede quemar 150 calorías solo con un paseo de treinta minutos.

¿Cuáles son los beneficios de caminar?

  • Quien está haciendo a dieta puede bajar de peso mediante paseos en los que según la intensidad de nuestro paso, la inclinación del terreno y la velocidad, podemos aumentar el número de calorías quemadas.
  • Andar tonifica de forma saludable piernas, glúteos y abdominales, sobre todo si se presta atención a la postura adoptada mientras se camina y si se hace ejercicio en cuestas o en zonas con cierta inclinación. También podemos dar forma a los brazos si los movemos de forma rítmica durante el paseo.
  • Los paseos nos ayudan a mantener las enfermedades cardiovasculares a raya, baja el nivel de colesterol y mantiene la presión arterial en un nivel saludable. De hecho, el riesgo de tener un ataque al corazón disminuye un 27%.
  • Las caminatas, igual que cualquier otro ejercicio, ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunológico.
  • Las personas con osteoporosis también pueden beneficiarse de los paseos, puesto que fortalece y estimula los huesos y aumenta la densidad ósea.
  • Quienes sufren de artritis pueden sentir cierta mejoría en el comportamiento de sus articulaciones si hacen paseos suaves.
  • La actividad física de este tipo también ayuda a disminuir la incidencia de la demencia, ya que suele tener un efecto preservador de la memoria.
  • Andar cada día también reduce el riesgo de padecer diabetes de tipo 2, asma e incluso, algunos tipos de cáncer (colon, mama y útero).
  • Las personas que sienten que tienen poca energía pueden probar a dar paseos suaves. Aunque parezca contradictorio, este ejercicio aumenta los niveles de energía ya que la circulación de la sangre lleva más oxígeno a las células, produciendo sensación de mayor vitalidad.
  • Hacer ejercicio provoca una sensación de bienestar mental, de relajación y sosiego, que es muy beneficiosa en muchos aspectos, tanto para las personas que están pasando por una depresión como para quien simplemente hace deporte por salud. La liberación de endorfinas en el torrente sanguíneo reduce el estrés, disminuye la ansiedad y nos ayuda a estar bien.

¿Cómo habituarnos a caminar?

Lo complicado es empezar, pero por ello os damos unos trucos para poder acostumbrarnos e ir cogiéndole el gusto a hacer deporte de forma suave.

  • No hace falta invertir mucho dinero en un buen equipamiento, aunque es mejor usar zapatillas de deporte (si son específicas para caminar, mucho mejor), ropa cómoda transpirable y algo de abrigo para cuando acabemos no enfriarnos si hemos sudado.
  • Uno de los estímulos que podemos buscarnos a la hora de caminar es la compañía. Podemos aprovechar para pasar más tiempo con alguien de la familia o con un buen amigo, charlar y reírnos mientras andamos una hora, ¿no suena apetecible?
  • Si un día no podemos ir a andar con nadie porque hemos improvisado el plan, ¿qué tal consultar por Internet alguna ruta interesante cerca de casa? Podemos aprovechar para ir a un museo o para visitar alguna zona de nuestra localidad que no conozcamos y que sepamos que es agradable.
  • No te agobies. Disfruta del camino y no quieras andar mucho, a gran velocidad y en cuesta durante una hora, porque terminarás harto. Se trata de ir poco a poco y conforme pasen los días, ir incrementando la intensidad y la duración de la caminata.