Bicarbonato de sodio como fungicida natural para el jardín

El bicarbonato es un remedio simple, fácil de preparar en casa y es una herramienta eficaz contra los ataques de hongos. A menudo se utiliza para la higiene del hogar o para la higiene íntima y personal. Se utiliza como blanqueador, desinfectante, antiácido y digestivo. En lo que respecta a la agricultura, es un remedio especialmente adecuado para el tratamiento de enfermedades fúngicas como el mildiú polvoriento y el mildiú lanoso, enfermedades que con frecuencia buscan un hogar en nuestros jardines, logrando su éxito en casi todos los casos.

Bicarbonato de sodio como remedio para enfermedades del jardín

Las enfermedades criptogámicas, como el mildiú polvoriento o el mildiú lanoso, no dejan escapatoria a ninguna de las principales especies vegetales, pero también atacan cultivos pertenecientes a otras importantes familias de interés agronómico, como muchas especies de árboles frutales, como la manzana o el limón. En cuanto a las verduras, en cambio, atacan a los tomates, pimientos, judías, judías verdes, cebollas, calabazas, pepinos, fresas, melones, sandías e incluso viñas.

La dinámica de las enfermedades micóticas

Los hongos están entre nuestros peores enemigos, ya que se propagan a través de las esporas. Se transportan principalmente por aire o agua y pueden permanecer latentes. Además, sobreviven a condiciones climáticas adversas y luego se reactivan cuando las condiciones son favorables. Nuestro principal problema es que están en todas partes. Pero podemos ir un paso por delante de ellos con esta sencilla solución a base de bicarbonato de sodio. Vamos a conocerlo mejor.

¿Por qué usar bicarbonato de sodio como fungicida?

El bicarbonato de sodio tiene un pH básico. Al esparcir la solución en las plantas, hacemos que el ambiente sea hostil a la permanencia de nuestros huéspedes no bienvenidos. Los hongos, de hecho, necesitan un medio ácido para desarrollarse y reproducirse, ¡y las hojas son ácidas! Y es gracias a ellos que la infección micótica encuentra un suelo fértil. Con el bicarbonato de sodio, aumentamos temporalmente el pH de las láminas foliares, sin contraindicaciones en los cultivos. De esta manera creamos un entorno básico y hacemos imposible la proliferación del hongo que, pobre él, habrá elegido mal su nuevo hogar.

¿Qué necesito para hacer la solución de bicarbonato de sodio?

La solución que utilizaremos en nuestras plantas es muy sencilla: agua y bicarbonato de sodio, para ser precisos, se necesita 1 kg de bicarbonato de sodio por cada 100 litros de agua.

Obviamente, se trata de cantidades estándar que deben tomarse como valores de referencia para calcular las cantidades que realmente necesitamos. Éstas dependen del número de plantas que queramos tratar y de la densidad de sus hojas. En base a estos parámetros elegimos el volumen de agua. Luego calculamos en proporción el bicarbonato de sodio que se disuelve en él

¿Cómo nos preparamos y cuándo utilizamos la solución?

Nada podría ser más sencillo. Vierta el bicarbonato de sodio en agua y mezcle hasta obtener un compuesto homogéneo y transparente. Se utiliza sin diluir, espolvoreando las hojas de los cultivos que queremos proteger de los hongos. La enorme ventaja de esta solución es que podemos utilizarla para prevenir o detener las enfermedades fúngicas que ya están en marcha. La prevención en la agricultura es la herramienta más importante, segura y eficaz que tenemos. Especialmente en la agricultura ecológica. En el caso de los champiñones, la condición más favorable para posibles ataques es la presencia de alta humedad, quizás lluvias frecuentes.

La primera operación útil a realizar es ventilar para reducir el nivel de humedad. Para ello, es útil eliminar el exceso de follaje especialmente en la parte baja de la planta, donde habitualmente los hongos comienzan su ataque, transportados en forma de esporas por el viento o la lluvia torrencial. Una vez hecho esto, si lo consideramos oportuno, podemos utilizar la solución de bicarbonato sódico siempre que: o aparezca el hongo de ataque en una etapa que nos resulte reconocible y visible, o cuando haya lluvias frecuentes y queramos proteger a nuestras plantas de inquilinos no deseados, dispuestos a darnos batalla.

Sin embargo, el bicarbonato de sodio tiene un efecto temporal y una baja persistencia, ya que es soluble y completamente lavable. Por lo tanto, debe ser reutilizado cada vez que llueve, quizás unas horas antes de una posible lluvia o inmediatamente antes. Lo importante es que permanezca en las hojas el tiempo necesario para evitar que las esporas del hongo encuentren las condiciones adecuadas para el ataque.

Otras ventajas de usar bicarbonato de sodio

El bicarbonato de sodio nos da una ventaja adicional. Si nuestro jardín o huerto tiene suelo ácido, la vida de nuestros cultivos es más difícil. Un compuesto alcalino como este es extremadamente útil para neutralizar la acidez del suelo. El bicarbonato es capaz de llevar el pH del suelo alrededor del valor de 6.5-7. Valor generalmente óptimo para las plantas.

Precauciones de uso

Después de haber visto las ventajas de utilizar bicarbonato de sodio como fungicida, nos gustaría subrayar algunas precauciones: el uso excesivo de cualquier sustancia mineral, aunque aparentemente inofensiva, puede causar daños a nuestro ecosistema. En este caso concreto, el bicarbonato de sodio se encuentra en el suelo, quizás en cantidades excesivas. El pH de nuestro suelo, si realizamos un número desproporcionado de tratamientos, puede aumentar su alcalinidad. Además, el sodio, si se libera, tiene efectos negativos sobre la estructura del suelo, ya que dispersa los coloides. Esto podría causar que nuestro suelo se descomponga y pierda su compacidad. Pero es un hecho que sólo puede ocurrir con un uso prolongado e injustificado de la solución.

El bicarbonato de sodio sólo debe utilizarse cuando sea estrictamente necesario y se cumplan las condiciones para la presencia de enfermedades fúngicas. Es inútil realizar tratamientos repetidos, si no hay condiciones de riesgo, también porque la solución tiene una persistencia de acción muy baja y, por último, otro problema relacionado con el uso excesivo puede ser el riesgo de quemar las hojas. Esto sucede especialmente si el tratamiento se realiza durante las horas calurosas del día. Por lo tanto, recomendamos rociar la solución con agua y bicarbonato de sodio en las horas frescas de la noche.