En determinadas ocasiones la organización recae en manos de una empresa especializada en eventos, pero es muy frecuente que el trabajo lo desarrolle algún trabajador voluntario que se encargue de hablar con los compañeros, anotar a los que van a acudir y ese tipo de cosas. Incluso a veces se encarga de todo el trabajo organizando un picoteo en la misma oficina.
Número de personas
Lo primero que necesitas saber cuándo se organiza un evento como es una cena de empresa, es el número de personas que van a acudir a la misma. Para esto, hay que fijar unos plazos para poder confirmar o no la asistencia a la cena y, salvo causas justificadas, llevarlos de manera organizada.
Asegúrate de que todo el mundo confirme su presencia en la cena con tiempo suficiente para poder organizarlo todo de una manera cómoda y sin prisas de última hora.
Si habéis acordado que cada persona abonará su plato, recoge el dinero antes de realizar el encargo en caso de que estés organizando la cena de manera particular, de este modo, evitarás problemas de última hora. Es importante aclarar bien que una vez que se paga no se realizarán abonos, ya que, habrá que encargar los platos solicitados con cierta anticipación.
El lugar en el que se celebrará
En ocasiones existen diferentes alternativas para celebrar la cena que dependerán del número de asistentes. Una vez que ya has sabido esto y se ha elegido el lugar de la celebración, debes comprobar que cuentas con todo lo necesario para poder atender a los comensales: suficientes equipos para calentar la comida, camareros para servir, servicios etc.
Si se quiere una decoración en concreto, también es el momento de encargarla para que se pueda realizar con tiempo y que se puedan pedir los adornos solicitados sin problemas de última hora.
Los detalles
Ya tenemos el número de invitados, sabemos qué va a comer cada uno de ellos y el local en el que se va a celebrar el evento está listo.
Tan solo queda organizar los pequeños detalles, como la música que puede sonar durante la cena, (si se quiere música), o la que sonará al final en caso de que haya baile. También se puede organizar alguna sorpresa, como puede ser un discurso especial, una entrega de premios sorpresa (real o con humor) o cualquier otro detalle que cuente con el objetivo de hacer la velada más especial.
¡A disfrutar!
Y, con todo listo, solo queda relajarse, esperar a que llegue el día y disfrutar de la cena con todos tus compañeros, dejando a un lado el trabajo y todo lo relacionado con el mismo.
Está más que demostrado que este tipo de fiestas, son muy positivas para el ambiente en la oficina, ya que ayudan a fortalecer relaciones y a humanizar a la gente con la que trabajamos cada día.