Esta etapa es de las más difíciles, pero no te preocupes, con el apoyo de tu familia y la constancia podrás alcanzar estas metas mucho más rápido y fácilmente.
Además, si cuentas con el equipo médico adecuado, contarás con el respaldo de un psicólogo y nutriólogo que te darán las herramientas suficientes para ir sorteando cada una de las etapas de tu nueva vida. Sin embargo, también hay un par de cosas que puedes hacer por tu cuenta, y que si tomas la iniciativa, te mantendrán revitalizado. El buscar actividades que te den una mayor actividad física es una de ellas. Sí, estamos hablando de hacer ejercicio.
Y de cualquier tipo de ejercicio, no necesitas forzosamente pagar clases o contratar a un entrenador, si te lo propones, tú mismo puedes implementar un régimen de actividad en el que no tengas que pagar un solo peso. Es más, tenemos para ti el mejor plan para estos casos: comenzar a correr. Lo único que necesitas es ropa holgada, un par de tenis adecuado y una calle, parque o pista pública en donde puedas realizar esta actividad de manera segura y sin distracciones. ¿Ves? la inversión monetaria es muy baja.
Pero como sabemos, los inicios son complicados y muchas veces no tenemos mucha idea de cómo comenzar a realizar una actividad tan distinta a nuestra rutina, sobre todo si es algo que nunca hemos implementado en nuestras vidas. Es por eso que en el artículo del día de hoy vamos a dejarte una serie de consejos para comenzar a correr cuando tienes sobrepeso.
- Adapta tu cuerpo a la nueva rutina. Sobre todo para aquellos que están combatiendo problemas de obesidad es importante comenzar de manera muy lenta. No vas a correr desde el primer día, porque ni tus huesos, ni músculos, ni articulaciones están preparados para eso. Lo mejor es comenzar con caminatas normales de treinta minutos o de una hora completa. Incluso, lo puedes hacer dentro de tus actividades diarias. Es decir, si vives a una distancia razonable de tu casa o trabajo, puedes irte caminando en lugar de ir en automóvil o en transporte público. Lo mismo si vas al supermercado, al cine o a cualquier otro lugar.
- Sométete a un chequeo médico. Debido a las condiciones de tu cuerpo, es importante que platiques con tu doctor sobre tu decisión de ejercitarte. A través de varios exámenes médicos se podrá determinar si estás listo para comenzar una rutina, qué tipo de ejercicio es adecuado para ti, y si tu cuerpo se encuentra en las condiciones necesarias para comenzar a ejercitarse. Si tu doctor recomienda no hacerlo de momento, no desesperes, ya llegará el momento adecuado. Recuerda que ante todo, es importante conservar tu integridad física.
- Cuida tu alimentación. Si ya has comenzado a realizar algún tipo de actividad o caminata con mucha mayor velocidad, va a ser muy importante tomar en cuenta el siguiente aspecto. Tu cuerpo va a gastar varias reservas de energías calóricas y es muy probable que después de terminar tus caminatas sientas hambre, por lo tanto, si no consumes los alimentos adecuados o las cantidades correctas, simplemente vas a comer en exceso y esto no ayudará en tu recuperación, todo lo contrario, puede llegar a complicar el problema. Pide apoyo a un nutriólogo para que te ayude a crear una dieta que se complemente con tus rutinas de ejercicio.
- Cuando por fin hayas podido implementar la nueva rutina de actividad física, vas a tener que echar mano de toda tu fuerza de voluntad para salir adelante. Recuerda, es muy fácil dejar de hacer las cosas, pero lo que puede ayudarte es establecer metas cortas: esta semana correr tanto tiempo, la siguiente, una media hora más. Jamás fijes tus metas en pérdida de kilos, pues si no sale lo que esperabas puedes llegar a frustrarte y sentirte más inclinado a “tirar la toalla”. Sin embargo, si tus metas se miden a través del tiempo o los metros que sumes a tu rutina, seguramente te sentirás con más alicientes para continuar con las caminatas.