Cómo modificar tus pensamientos

Si hay algún aspecto de tu vida que no te satisface, ya sea en el ámbito laboral, de pareja o en tu imagen, tienes dos opciones. La primera es simplemente permanecer inmóvil, acostumbrarte y esperar a que algo cambie mientras sigues con tu vida o por el contrario puedes hacer algo al respecto y empezar a mejorar aquello que no te satisface. Si optas por la segunda opción debes introducir algún cambio a fin de modificar esa situación.

Normalmente se requiere mucho esfuerzo y voluntad y aún así el cambio puede no ser permanente si no se crean hábitos muy establecidos. Cambiar tu vida, cualquier aspecto, es posible. Infinidad de personas han vencido las más terribles condiciones y circunstancias y han logrado alcanzar objetivos a pesar de encontrarse en un entorno totalmente desfavorable.

El éxito no entiende de excusas

Algunas personas piensan que la gente que ha logrado alcanzar el éxito posee cualidades especiales o que sus condiciones innatas son las causantes de dicho éxito. Esto les sirve para permanecer inmóviles y seguir quejándose de sus circunstancias mientras se lamentan por no poder hacer nada usando expresiones como “si tuviese más tiempo” “si mi mujer o mi marido hiciesen esto o lo otro” o “si tuviese más dinero” entre otras muchas. Lo cierto es que el mayor condicionante en la vida no son las circunstancias externas, o la genética, sino las condiciones internas, los pensamientos y la manera de ver el mundo. La pregunta que cabe hacerse ahora es, ¿Es posible cambiar a un nivel profundo? ¿Es posible modificar la personalidad y las creencias y así lograr nuevos y más elevados objetivos? La respuesta es un contundente sí, es posible.

Durante un día nuestro cerebro tiene un considerable número de pensamientos que se calcula oscilan entre entre 20.000 y 60.000. Algunos de esos pensamientos responden a condiciones externas pero otros muchos forman parte del llamado diálogo interno. El problema es que estos pensamientos pueden ser enormemente dañinos y pueden a su vez limitar considerablemente la visión del mundo. El cerebro por defecto tiene tendencia a buscar la seguridad, lo conocido, de ahí que se resista a implantar cambios que considera pueden generar emociones negativas. Otro problema del diálogo interno es que es muy repetitivo, los pensamientos suelen ser los mismos día tras día y así resulta muy difícil llevar a cabo acciones nuevas que puedan significar un cambio importante.

La importancia de los estímulos nuevos

Hay muchas maneras de trabajar a un nivel más profundo y lograr modificar el diálogo interno pero hoy vamos a centrarnos en una de ellas, los estímulos externos. Einstein dijo en una ocasión que un problema no puede resolverse en el mismo nivel de pensamiento en el que se creó. Muchas personas intentan cambiar su vida con los mismos pensamientos que les han generado la situación que no les gusta o que les han impedido empezar el cambio con anterioridad. Resulta muy difícil cambiar si tu cerebro te está diciendo constantemente que no vas a poder, que es muy difícil o que vas a fracasar. Esto hace que mucha gente viva en un laberinto mental sin salida donde intentan solucionar sus problemas en la mente, buscando soluciones mentales a problemas que en muchos casos ha sido su mente la que los ha creado.

Para poder salir de esa rueda infinita de pensamientos y emociones repetitivas es necesario introducir ideas nuevas, externas al propio cerebro. De esta manera logramos introducir nuevos pensamientos e ideas que se reflejen en nuevas acciones que a su vez se conviertan en nuevos hábitos. Imagina que durante un año sales a correr treinta minutos diarios al lado de la chimenea de una fábrica donde salen todo tipo de gases tóxicos. Ahora imagina que en vez de correr al lado de la chimenea sales a correr por un parque con prados y árboles. Es evidente que tus pulmones no van a estar en las mismas condiciones transcurrido ese año. El cerebro en cierto modo es como los pulmones, los estímulos que recibimos diariamente actúan como chimeneas o árboles y pueden contaminar el cerebro o limpiarlo y hacerlo más eficiente.

Seguro que en tu entorno conoces alguna persona que es como una chimenea, siempre quejándose de todo y viéndolo todo de una manera muy negativa. Las ideas que transmite esa persona están afectando en mayor o menor medida a tu cerebro y están modificando tus pensamientos. Otras personas sin embargo parecen estar llenas de vitalidad y afrontan los problemas con tranquilidad y firmeza. Una conversación con una u otra persona será muy diferente para tu cerebro y sentirás emociones positivas con una de ellas y negativas con la otra. Imagina lo que puede pasar en tu cerebro si es una persona con la que hablas habitualmente.

Cómo los estímulos nuevos te ayudan a cambiar

Estos estímulos no solo afectan a las relaciones personales, cada vez que ves la televisión, lees un libro o simplemente haces alguna actividad puedes estar limpiando tu cerebro y aportando algo positivo o por el contrario introduciendo ideas o emociones negativas. Supongamos que quieres mejorar tu imagen y quieres comenzar al gimnasio. Partes de una idea muy clara de la imagen que quieres tener y decides hablas con un nutricionista para empezar una dieta y también contratas un entrenador personal o comienzas a leer libros sobre cómo seguir una dieta sana o cómo hacer entrenamientos para ganar músculo y perder grasa.

Mientras esa información está en tu cerebro estás introduciendo ideas nuevas y positivas y lo más importante, estas visualizando la situación y tu cerebro está empezando a sentir los beneficios de la misma. Mientras esas ideas permanezcan en tu mente empezarás a sentirte más optimista y capaz de lograrlo con lo que a su vez empezarás a sentir los beneficios de estar en forma. Empezarás un día a comer bien e ir al gimnasio pero pronto ocurrirá algo, una discusión con tu pareja, un mal día en el trabajo o cualquier otra situación negativa que creará en tu cerebro una emoción negativa muy fuerte que te llevará a buscar una recompensa inmediata para reducir la ansiedad. Si tienes sobrepeso puede ser que tu cerebro estás acostumbrado a reducir la ansiedad con comida, lo que irá en contra de tu objetivo mientras tu cerebro te dice “no pasa nada empiezo mañana”.

El problema es que mañana serás la misma persona, con los mismos problemas y cuando aparezca otra situación que te genere ansiedad tu cerebro reaccionará del mismo modo, creando un bucle infinito que solo tú puedes cortar. Es en esos momentos de ansiedad es cuando debes pensar de manera consciente en las emociones que sentías al verte en forma, más atractivo o atractiva y con más energía, y la nueva y mejor vida que eso va a suponer. Debes lograr que esas ideas y conocimientos nuevos permanezcan en tu cerebro el tiempo suficiente como para ser más fuertes que el diálogo interno y las emociones repetitivas que querrán impedir ese cambio.

Al principio te resultará casi imposible vencer la necesidad de buscar la recompensa inmediata pero si logras mantenerte firme en poco tiempo te empezará a resultar más fácil. Este hecho se debe a que estás modificando tu cerebro y está aprendiendo a cambiar y a activar la parte más lógica y a reducir las señales que manda la parte más emocional.

Cuando lees este artículo estás introduciendo en tu cerebro información sobre cómo cambiar tu vida y empiezas a ver la posibilidad de hacerlo. Si tienes este tipo de información en tu cerebro, si sigues leyendo y buscando información al respecto acabarás por sentir las emociones y los beneficios del cambio y empezarás a verlo factible y con ello empezarás acciones nuevas. Si sientes esas emociones positivas asociadas al cambio el tiempo suficiente tu cerebro acabará por aceptar la necesidad del cambio y no opondrá tanta resistencia, ya que ha llegado a sentir el beneficio del cambio y con ello empieza a asociarlo a algo positivo.

Si deseas cambiar tu vida debes empezar por aquella faceta que es más importante para ti, ya sea en el ámbito económico, emocional o físico. Busca y recopila toda la información que puedas al respecto y empieza a poner en práctica esos conocimientos con acciones en el mundo real.