Cómo prevenir la obesidad

En esta nueva entrada de nuestro blog, les hablaremos sobre algunos datos importantes respecto a la Obesidad y les daremos sugerencias para prevenirla. Esta enfermedad es de los mayores problemas de salud pública del siglo XXI, y ya desde hace 20 años, el problema ha ido incrementando a nivel mundial. La obesidad se ha vuelto uno de los principales factores de muerte en personas jóvenes y causante de enfermedades cardiovasculares.

Pero no solamente está presente en adultos, sino también en niños, desde muy temprana edad, y son casos sumamente difíciles de tratar, pues se ha visto que los niños obesos tienden a ser adultos obesos en su mayoría, y esto genera graves problemas en su salud y también en su autoestima. La mejor forma de tratar una enfermedad, es previniéndola, por eso te invitamos a conocer algunas formas de cuidar de tu salud.

Seguir un plan de alimentación. Uno de los puntos más fáciles y sencillos que puedes llevar a cabo para cuidad de tu salud y la de tu familia, es contar con un plan de alimentación, o dieta, pero no en el sentido de restricciones y dietas que son temporales que luego se dejan. Contar con un plan de alimentación sugiere que tomes en cuenta las actividades que se realizan con cotidianidad, medir el desgaste físico y la cantidad de energía que necesitas para llevarlas a cabo.

Es importante alimentarse no solamente por antojo, sino por las necesidades del cuerpo, por ello contar con un plan nos facilita generar porciones de diferentes grupos de alimentos y buscar un equilibrio en lo que comemos. Muchas veces las dietas de alimentación que se siguen responden al acto de antojo o gusto, lo que nos lleva a consumir muchísimos carbohidratos y calorías que no ocuparemos. Hacer consciencia sobre los nutrimentos que realmente necesitamos es un primer paso para incluir más verduras en la alimentación diaria y disminuir el consumo de cosas sumamente grasosas, que si bien pueden dar una satisfacción al paladar, no nos aportan nutrimentos ni vitaminas para llevar a cabo los procesos metabólicos y digestivos.

Al seguir un plan de alimentación, enfatizamos enérgicamente sacar de la dieta diaria el consumo de bebidas azucaradas. Estudios a nivel mundial han demostrado que el consumo de refrescos es uno de los factores principales de obesidad. Cuando mencionamos refrescos, también nos referimos a las bebidas empaquetadas sin gas y que dicen ser de algún sabor frutal, pues en su mayoría no hay ninguna fruta en la elaboración de dichas bebidas y sí un altísimo contenido de azúcar y otros saborizantes.

En lugar de consumir refrescos con o sin gas, recomendamos tomar agua natural, sin sabores ni azúcar. El agua natural ayuda a encapsular la grasa y a mejorar el metabolismo y a desintoxicar, sacando del cuerpo aquello que no se necesita y que tiende a acumularse y termina por generar masa corporal y tejido graso.

Cuantificar mejor las porciones de comida. Otro factor que hay que tomarse en cuenta, es que la gente muchas veces come hasta que ya tiene mucha hambre, lo que nos lleva a tener raciones de mucha comida. Los expertos indican que la mejor forma de racionar nuestros alimentos al día es haciendo cinco momentos distintos de comidas, tres momentos de comer fuerte y dos momentos de proporcionar algún pequeño refrigerio sanos.

Comiendo cinco veces al día distribuimos mejor el trabajo que le damos a nuestro sistema metabólico, proporcionamos energía continuamente, y podemos cuidar la cantidad de lo que comemos. Se han visto grandes beneficios cuando se disminuyen las porciones de comida y estos son distribuidos a lo largo de cinco diferentes tiempos en lugar de concentrar todo a la hora de la comida, cuando hay una tendencia mayor a ser la alimentación más pesada del día, comiendo grandes platos con enormes raciones, lo que nos lleva a una tendencia generalizada de obesidad en la población.

También es importante en este punto mencionar que uno no debe comer hasta sentirse ‘lleno’, sino satisfecho. Hay una gran diferencia entre ambos términos, pues el ‘lleno’ es la tendencia de comer hasta que ya no se puede más, sintiendo el estómago incluso inflado y pesado, mientras que el comer hasta el punto de ‘satisfecho’ es saciar nuestra hambre y dejar un poco de espacio, sin sentirnos pesados. Esto también evitará la somnolencia después de comer, pues tu cuerpo no tendrá que disponer de toda la energía para realizar la digestión, y te sentirás mucho mejor y con ánimo si comes hasta el punto de nada más sentirte satisfecho con tu ingesta.

Realizar actividades físicas. Si bien no todos tienen que ser deportistas o inscribirse forzosamente en un gimnasio, si es importante que se realice algún tipo de actividad física que te ayude a quemar la energía que se acumula en los músculos del cuerpo.. El cuerpo necesita el movimiento para mantenerse sano. Se pueden agregar caminatas a tu rutina, sin tener que generar un cambio mayor. En lugar de tomar el camión a algún punto, o de usar tu auto, puedes intercalar ratos de caminata de un punto a otro y agregar así un movimiento diario que cuida tu salud a la vez que se cuida el medio ambiente también.

La obesidad es un problema que se genera con el tiempo y son muchos los factores que tienen que ver con esta enfermedad. Toma en cuenta nuestras sencillas recomendaciones para evitar que esta enfermedad se vuelva un problema mayor en tu salud y en la de tu familia, pues las repercusiones pueden ser muy graves y peligrosas. Mantén en constante revisión tu peso y tu masa muscular, acude a tu médico a revisiones periódicas que te permitan estar al tanto de tu salud con regularidad.