Consejos para cuidar la piel sensible

La piel sensible es especialmente delicada y puede pertenecer a cualquier tipo de piel: grasa, normal o seca, generalmente tiene una textura muy delgada y por ello requiere de una rutina especializada para su cuidado.

Qué características posee este tipo de tez

Con la llegada del frío y los cambios bruscos de temperatura este tipo de piel puede dar más molestias: irritarse fácilmente, tener una alta sensibilidad a substancias como perfumes o detergentes, e incluso puede desarrollar alergias. Una tez sensible tiene una hipersensibilización que provoca que ciertos productos y factores ambientales la dañen.

Estos daños consisten en que la piel tienda a deshidratarse o secarse, a irritarse, y a adquirir un color rojizo con mucha facilidad al exponerse al sol, al frío, a ciertos productos o al tallarla. Lo ideal en estos casos es elegir los productos correctos y adquirir hábitos que mantengan bien protegida a la piel.

El agua micelar es ideal para limpiar la piel sensible

Lava tu piel con los productos correctos. Es común que las pieles sensibles después del baño tiendan a secarse, es por eso que debes elegir limpiadores suaves especiales para este tipo de piel. El agua micelar es una excelente opción para limpiar la piel, ya que ayuda a eliminar las impurezas, como las manchas, los granitos y los residuos de maquillaje, gracias a su efecto magnético que encapsula y extrae las impurezas de la piel.

También atrapa la humedad natural de la piel previniendo irritaciones e hidratando sin dejar una sensación grasosa y suavizando la piel. No es necesario tallar la piel, ni enjuagarla después de usar este producto. El agua micelar es hipoalergénica, no contiene alcohol, ni perfume.

Es mejor que no tardes demasiado tiempo en bañarte y que no lo hagas con el agua muy caliente, esto evitará que la tez se reseque. Cuando te seques después del baño no te frotes con fuerza, seca la piel con una toalla dando suaves golpecitos.

Complementa tu rutina con una buena hidratación y hábitos saludables

Es necesario que hidrates diariamente tu rostro y cuerpo. Después de la ducha aplica la crema adecuada para tu tipo de piel para reparar la película hidrolipídica que cubre la epidermis. No uses productos para la piel que sean agresivos, prefiere complementar tu rutina de cuidado con lociones, sin alcohol y usa cosméticos dermatológicamente probados, que no te irriten.

Protege a tu piel del sol siempre, haga frío o calor, esté soleado o nublado. Coloca sobre la piel que estará expuesta al sol bloqueador solar con un factor de protección alto. Si planeas ir a esquiar en la época invernal el riesgo es más alto.

Abrígate bien en la temporada de frío para evitar que la piel se reseque, se vuelva flácida e incluso se irrite. Es importante que también uses guantes para proteger las manos y de ser necesario una bufanda para el cuello.

Algunos otros hábitos que también pueden hacer la diferencia para que tu piel luzca bella y saludable son: beber suficiente agua, dos litros u ocho vasos al día; tener una dieta balanceada que incluya raciones de frutas y verduras, ya que son ricas en antioxidantes; dormir lo suficiente, siete u ocho horas diarias; evita el cigarro que es muy perjudicial para la piel, la deja con un aspecto apagado y envejecido.