Cruceros por el Guadalquivir

Entre los sitios para viajar tradicionales se encuentra Sevilla, la siempre eterna ciudad del sur, nos ofrece mucho más que su tradicional Feria de Abril y su Semana Santa. Es una ciudad para viajar a lo largo de los 365 días del año. Es un destino de vacaciones que permite combinar la fiesta con la cultura, el arte, la gastronomía y las tradiciones.

Las dos caras de la ciudad:

La ciudad dividida por las dos orillas del Guadalquivir, en una Sevilla y en la otra Triana, ofrece a sus visitantes una Sevilla única cuando de viaje fluvial se trata.

Su río, navegable desde el mismo centro de la capital hispalense hasta la desembocadura en el pueblo gaditano de Sanlúcar de Barrameda, hace que sea este un crucero de especial singularidad.

Hay mucho viaje que hacer en un recorrido relativamente corto, de apenas 4 horas de trayecto, que permite hacer cruceros de ida y vuelta en el día, pudiendo disfrutar de la gastronomía andaluza, con fiestas flamencas a bordo de embarcaciones especialmente preparadas para hacer de este viaje fluvial un recuerdo único.

El último tramo de este viaje se convierte en algo especialmente digno de mantener en la retina:

El río Guadalquivir acariciando con un mimo especial la orilla derecha a su paso por Doñana.

Para viajantes perezosos, con escasas ganas de navegar, o con tiempo limitado, puede ser una alternativa para hermanarse con la ciudad de Sevilla a través de su arteria fluvial, un paseo por el Guadalquivir en sus diferentes catamaranes de paseos cortos.

Desde la Torre del Oro a escasos metros de la plaza de toros de la Real Maestranza de Sevilla, para muchos considerada probablemente la catedral de la tauromaquia y el arte de cuchares, podemos coger una embarcación cuyo recorrido de una hora nos lleva hasta las esclusas del puerto de Sevilla y vuelve por su margen derecha para llevarnos hasta la Cartuja, allí donde el río envuelve y abraza con especial delicadeza a esta isla que acogió en el año 1.992 la Exposición Universal.