¿Cuándo la afición se convierte en adicción?

Las nuevas tecnologías han llegado a nuestras vidas para quedarse y están especialmente presentes en el día a día de nuestros niños y adolescentes. Han cambiado nuestra forma de estar en el mundo y enriquecen muchas facetas de nuestra vida; no obstante, también pueden tener aspectos negativos si su uso no es adecuado.

‘Está todo el día con la play’, ‘vive pegado al teléfono’, ‘no hace otra cosa que estar con el ordenador’. Son quejas que escuchamos de los padres a diario. Es necesario que conozcan y manejen las nuevas tecnologías porque son herramientas importantes en su mundo presente y futuro. Tienen un enorme potencial educativo pero es nuestra responsabilidad el educarles en su buen uso.

¿Cuándo la afición se convierte en adicción? Síntomas de alerta

Cuando el niño deja de verse con sus amigos, abandona aficiones previas y se instala frente a la pantalla; cuando el adolescente le presta más atención al iphone que a la novia o el joven no es capaz de centrarse en nada porque necesita revisar obsesivamente sus mensajes en el móvil, podemos estar ante una adicción o en una situación de riesgo. Como en cualquier adicción, son características la pérdida de control y la dependencia. La conducta comienza controlada por el aspecto placentero de su uso pero termina controlada por la necesidad de aliviar el malestar. Más que el número de horas lo importante es el grado de interferencia con la vida cotidiana. El adicto supedita su estilo de vida al mantenimiento del hábito, atrapado en los beneficios de la gratificación inmediata pero sin reparar en las posibles consecuencias negativas (aislamiento, bajo rendimiento académico, desinterés en otros temas, gasto económico excesivo, etc.)

Young (1998) describe las siguientes señales de alarma:

  • Privarse de sueño (>5 horas) para estar conectado a la red o jugando a videojuegos, dedicando tiempos anormalmente altos.
  • Descuidar otras actividades importantes, como el contacto con la familia, las relaciones sociales, el estudio o el cuidado de la salud.
  • Recibir quejas en relación a ello de alguien cercano, como padres o hermanos.
  • Pensar en la red, los videojuegos o el móvil constantemente, incluso cuando no se están usando y sentirse irritado cuando la conexión falla o no se puede ejecutar la conducta.
  • Intentar limitar el tiempo de uso pero sin conseguirlo, y perder la noción del tiempo.
  • Mentir sobre el tiempo real que se está conectado o jugando a un videojuego.
  • Aislarse socialmente, mostrarse irritable y bajar el rendimiento en los estudios.
  • Sentir una euforia o animación anómalas cuando se está realizando la conducta.

¿Cómo prevenir?

  • Limitar el uso de aparatos y pactar las horas de uso.
  • Fomentar la relación con otras personas, la comunicación cara a cara.
  • Potenciar otras aficiones (lectura, actividades al aire libre, etc.)
  • Estimular el deporte y las actividades de equipo.
  • Estimular el diálogo y la comunicación en la propia familia.
  • Por seguridad, en niños, es importante prevenir el acceso a contenidos inadecuados y ubicar los ordenadores y videoconsolas en lugares comunes.

Las medidas preventivas, la educación en la familia y la escuela ayudarán a nuestros niños y jóvenes a poder crecer y disfrutar aprovechando las nuevas tecnologías sin que se conviertan en una cadena que limite su potencial de crecimiento y su libertad.