La persona que experimenta dependencia emocional siente que su vida depende de la otra persona y todo lo que hace, dice o piensa el otro condicionará su vida y sus decisiones. Necesita de contacto continuo con esa personas de la que depende y sienta que algo le falta si no habla a diario o no la ve a diario. El resto de relaciones que puede tener con otros amigos o con su familia no son relevantes, dado que toda su atención la recibe la relación de la que tiene dependencia emocional.
En una relación puede presentarse la situación en la que una de las partes, o incluso las dos sufre dependencia emocional. Ésta se caracteriza por una inestabilidad provocada por la persona dependiente y que genera un desequilibrio dentro de la pareja. Aunque no sólo se trata de un problema amoroso, sino que una persona puede presentar dependencia emocional en el ámbito de sus amistades e incluso de su familia.
Este tipo de situación es necesario que se solucione ya con una terapia de psicología, sino de otra manera, se puede entrar en una dinámica en la que nunca se logre tener una relación sana, sea como sea la persona con la que la tengan y, por lo tanto, se experimente una continua infelicidad.
La dependencia emocional se puede solucionar
En el caso de que se sufra dependencia emocional, lo primero que debe hacerse es reconocerlo. Una vez hecho esto, hay que ponerse en las manos de un terapeuta profesional.
El terapeuta, a través de una terapia individual ayudará al paciente a identificar las causas del problema para que sepa por qué hace lo que hace. Juntos, trabajarán en la dependencia emocional del paciente, que recibirá una serie de técnicas y consejos para que pueda aprender cómo enfrentarse a ella. Si es la dependencia emocional la que está haciendo mella en la relación, podemos acudir a la consulta del psicólogo para realizar terapia de pareja. De esta manera podremos trabajar con nuestra pareja mientras trabajamos en nosotros mismos.