Las artes han de convertirse para el niño en “regalos celestes” –como dijo Rudolf Steiner– por cuyo medio aprenda a descubrir el hombre superior que en él late”. (Margrit Junemann)
El arte representa un área del lenguaje simbólico y de la libre expresión. El arte, igual que la música, ha sido parte de la tradición humana desde nuestros primeros días. Los dibujos rupestres de los primeros seres humanos en que figuran escenas de caza de animales representan la primera comunicación humana a través de figuras simbólicas.
El arte actúa sobre los niñ@s, que necesitan un ambiente artístico desde los primeros momentos con el objeto de ir desenvolviendo su humanidad, en primer lugar por asimilación y después mediante una práctica personal persistente. Este contacto con el arte no sólo es delectación sino, al mismo tiempo, estímulo de la propia actividad, al despertar la imaginación creadora y cultivar las energías espirituales.
Los educadores dicen que nunca es demasiado temprano para presentar el arte a los niños a través de libros, proyectos, visitas al museo, pero las familias evitan el museo por el miedo de que sus hij@s se aburran o molesten. Creo que si se limita el tiempo a una hora, se consulta el mapa del museo y se intenta ver algunas piezas y no todo a la vez, es imposible que la visita no sea un éxito.