El té y los tés de Japón

El té es la segunda bebida más consumida en el mundo, después del agua. Se prepara con una planta de la familia de las camelias, Camelia sinensis o con la segunda variedad más importante, Camelia assamica.

Su historia es sencillamente cautivadora. Su origen se sitúa en las montañas del suroeste de China y las selvas de Assam, donde crece de forma silvestre. Se atribuye su descubrimiento al emperador Shen-Nung, quien de forma poética describe como el viento hizo llegar unas hojas de té a su taza de agua caliente (fragmento del libro de medicina Pen Ts’ao, año 2737 a.C.)

Los monjes budistas encontraron en el té una ayuda valiosa para mantenerse despiertos en sus largas meditaciones y divulgaron su consumo por China, Tíbet y Japón. A partir del siglo VIII su popularidad creció de forma imparable y en pleno siglo XV la ceremonia del té se consolidó en Japón y el “teísmo” quedó plenamente establecido.

El ritual del té en Japón

El ritual del té es un bello ritual que se remonta a unos diez siglos atrás, y que todavía permanece vigente en la cultura oriental. Tiene unos códigos muy rigurosos que se deben respetar. Los protagonistas son el anfitrión y sus invitados, los cuales reciben un trato agradable y tranquilo en un entorno apacible para contemplar relajadamente la preparación del té. Los cuencos y utensilios utilizados se manipulan con delicadeza, cuidado y harmonía. La belleza decorativa de cada bol tiene su significado. Durante el transcurso de toda la ceremonia se trasladan los objetos como si fueran plumas: éste es uno de los secretos de su elegancia. El objetivo es vivir el momento (budismo zen) y todo el ritual se prepara para que los sentidos se concentren en ello.

Clasificación de los tés

El grado de fermentación influye significativamente en el color y el sabor de cada variedad de té. A partir de ahí se distinguen cuatro tipos básicos:

  • Té negro: El té negro es uno de los más aromáticos. Tiene un intenso sabor y es el que más teína contiene. Es un té fermentado y oxidado.
  • Té verde: El té verde se obtiene evitando la fermentación de las hojas.
  • Té rojo: También conocido con el nombre de té Pu-Erh. Es una variedad de té fermentada de manera especial. Se almacena durante años para que las bacterias transformen el té verde en rojo.
  • Té blanco: Variedad no muy conocida. Tiene un sabor suave y aromático. Es muy antioxidante y contiene muy poca teína ya que se elabora con los brotes más tiernos de la planta.

Además de éstos también podemos encontrar:

  • Té Oolong: Té semifermentado. Es un té muy depurativo y digestivo.
  • Té amarillo: Es un té difícil de encontrar. Las hojas se dejan madurar hasta que se descompone la clorofila en lugar de dejarlas fermentar. Es un té de sabor un poco agrio pero de aroma fresco.
  • Tés aromatizados: Pueden ser mezclas de distintos tés o tés con pétalos de flores, por ejemplo, té de jazmín, té Earl Grey, té con lima.

Propiedades generales del té verde

El té está considerada una bebida muy sana, en especial el té verde. En los países asiáticos es una de sus principales plantas medicinales, por sus virtudes y propiedades:

  • Frena el envejecimiento.
  • Protege las células del organismo.
  • Mantiene los niveles de colesterol.
  • Combate la hipertensión.
  • Estimula las defensas del organismo.
  • Tonifica el cuerpo y la mente.
  • Previene la caries.

Además es el más consumido en los países orientales. Se obtiene poniéndolo a secar para eliminar la humedad de las hojas, así se inhibe la fermentación. En Japón se realiza vaporizándolo brevemente.

Es muy rico en vitamina C y vitaminas del grupo B. También contiene polifenoles, fibras, clorofila y teína. Por eso, el consumo regular de este tipo de té es muy beneficioso y previene enfermedades, ya que reduce los niveles de colesterol y triglicéridos.

El té verde sin fermentar tiene un sabor áspero y posee importantes cualidades terapéuticas. Contiene grandes cantidades de compuestos antioxidantes que lo convierten en un gran aliado para la belleza y el bienestar general del organismo.

Tés verdes japoneses

Podemos encontrar distintas clases de té verde japonés. Las más apreciadas són:

  • Té bancha o té de tres años: Su nombre significa “té habitual”. Se elabora con hojas viejas y grandes que llevan en la planta hasta tres años. Es un té sencillo que se toma a diario.
  • Té verde Matcha: El Matcha es el té en polvo que se utiliza en Japón para la ceremonia del té. Es el té de mayor calidad, y por lo tanto, también el más caro.
  • Té de arroz moreno Genmaicha: Es un té verde ligero muy aromático, con poca teína y con un agradable sabor que le proporciona el arroz tostado. Es un té muy digestivo, por lo que suele tomarse después de las comidas.
  • Té kukicha: Kuki significa “tallo del té”, aunque esta variedad se conoce también como té de invierno. Se elabora con los tallos de la planta mezclado con partes de la hoja. Tiene un sabor muy suave y es bajo en teína.
  •  Té verde Sencha: Este té verde oscuro de hojas afiladas es la variedad más popular en Japón, ya que constituye el 90% del té procesado en el país. Su sabor es ligeramente astringente y recuerda al de las verduras.
  • Té kokeicha: Es una especialidad de té japonés en polvo prensado. Está mezclado con fécula de arroz y tiene un sabor sutil y muy aromático.

Sea cual sea el tipo de té escogido para ser degustado, no se trata de una infusión más. Fue traído por los Maestros Espirituales para colaborar a partir de su ingesta en un conocimiento sagrado, con sensaciones de “bienestar” y “elevación espiritual”. Por eso, el té encierra desde su origen secretos magistrales y poderosos para toda la humanidad. Es el elixir del alma.