El trabajo muscular eficiente y seguro en la adolescencia

La presencia excesiva de sedentarismo en todas las fases de la vida y la gran oferta de juegos electrónicos junto a una televisión a la carta, están haciendo que los adolescentes pierdan cada día más capacidades físicas como: tono muscular, debilitamiento de articulaciones, pérdida de voluntad y resistencia al esfuerzo físico; llevándonos a encontrar cada vez más adolescentes con una peor condición física y con un mayor riesgo de lesiones.

Durante décadas el tema del entrenamiento de fuerza en la adolescencia ha sido un asunto controvertido. Para una parte de la comunidad médica y científica el entrenamiento de fuerza en estas edades no era recomendable por dos razones;

1º. Se creía que el bajo nivel de testosterona en los adolescentes podría impedir, teóricamente, el desarrollo de la fuerza.

2º. Se temía que en este grupo de población, el entrenamiento de fuerza favorecería la aparición de lesiones músculo esqueléticas.

Sin embargo en los últimos años numerosas organizaciones científicas y profesionales como: La asociación Americana de medicina del deporte y la Asociación Americana de pediatría han demostrado todos los beneficios que tiene el entrenamiento de la fuerza en adolescentes, siempre siguiendo ciertas pautas de entrenamiento racional y guiado, utilizando pesos livianos acordes a la edad de desarrollo fisiológico y los objetivos de cada individuo, sin olvidar nunca en estos entrenamientos el trabajo de ejercicios aeróbicos, los cuales proporcionarán mejoras respiratorias y cardiovasculares. Los beneficios de este tipo de entrenamientos podrán ser entre otros:

  • Aumento de la fuerza y resistencia muscular.
  • Mejora del desempeño deportivo.
  • Prevención de lesiones en los deportes y también en actividades recreativas.
  • Mejora de la composición corporal, con disminución de la grasa corporal, pudiendo de esa forma prevenir y tratar el sobrepeso juvenil.
  • Aumento de la densidad mineral ósea.
  • Aumento de la capacidad cardiorrespiratoria.
  • Disminución de lípidos sanguíneos.

Mejoría del bienestar psico-social del niño/a.

Por lo tanto, desde la adolescencia, se podría introducir el trabajo analítico mediante máquinas apropiadas a cada grupo muscular, de esta forma ayudaremos a potenciar el desarrollo físico del individuo consiguiendo un entrenamiento muscular más completo, estructurado y adaptado, de esta forma conseguiremos reducir los índices de obesidad y lesiones, consiguiendo jóvenes más preparados físicamente y con una mejor cultura del ejercicio físico. “Una buena ejecución del ejercicio junto a una alimentación adecuada es esencial para estimular el crecimiento. El ejercicio muscular afectará primordialmente al ancho del hueso, a la densidad y a su fuerza y secundariamente nunca afectará a su longitud.