¿Enfadarse es sano?

Sin duda, la rabia tiene una función defensiva y sirve para reafirmar el propio yo, ayudando a que defendamos aquello que consideramos importante. Por lo tanto, enfadarse es sano y necesario. Lo que hacemos cuando nos enfadamos es lo que de verdad importa.

¿Cómo saber si nos enfadamos bien?

Valorando los resultados de nuestra manera de enfadarnos.

Maneras de enfadarse:

  • Pasiva: No expresan el enfado, sin ser conscientes de que se han enfadado, justifican siempre el comportamiento de la otra persona que le ha hecho enfadar, por lo que acaban culpándose del enfado de la otra persona. Esto con el tiempo es muy probable que ocasione problemas de ansiedad. La parte buena es que tienen capacidad de tomarse su tiempo y reflexionar, esto es lo que hay que aprovechar para que encuentren la mejor manera de expresar su descontento.
  • Pasiva-agresiva: En estos casos no se expresa el enfado pero si se es consciente de ello, y tarde o temprano saldrá en forma explosiva por una tontería o con contestaciones bordes o llenas de sarcasmo. No suelen resolver los problemas, sino que acumulan rabia en su interior, por lo que pueden fluctuar con el comportamiento explosivo.
  • Explosiva: Expresan su enfado rápidamente y generalmente de forma desmesurada y desproporcionada al hecho, no se cortan en demostrar su enfado, haciendo sentir culpables a su entorno de su reacción y por esto actúan de forma cruel con ellos para hacerles pagar su culpa, utiliza mucho el reproche y los insultos, son hirientes. Se suelen rodear de personas de comportamiento 1.
  • Coherente: Reconoce perfectamente su enfado y lo detecta de forma temprana, su reacción se adapta a cada situación en proporción e intensidad y siempre encuentra la mejor manera de manifestarlo sin insultos, ni reproches, sino de la forma más correcta.

¿Que es lo mejor que puedes hacer cuando te enfadas?

  • Reconoce tu enfado. Negarlo, justificarlo o reprimirlo no son buenas opciones. Pero no te transformes en un «alien» sobre todo con las personas que te importan.
  • ¿Por qué te has enfadado? ¿cuál ha sido el detonante?
  • ¿Cuales son tus motivos? ¿Porque eso es tan importante para ti?
  • Busca alguien con quien puedas hablar y desahogarte, explicando lo sucedido. Procura escoger un interlocut@r lo más neutro posible, que te permita tener una visión lo más objetiva posible.
  • Si no tienes a nadie, date tiempo para enfriar el enfado y poder pensar en lo sucedido con más calma.
  • No le des vueltas una y otra vez porque esto lo que hará es aumentar más el contenido de rabia.
  • Este tiempo es importante para que luego puedas encontrar la manera de expresar como te has sentido y cual sería tu mejor respuesta a esa situación.
  • Ten en cuenta tu cuerpo, la rabia genera mucha tensión muscular, apretar mandíbulas y puños, deseos de golpear, son signos que te informan que no has enfriado lo suficiente ese enfado. Así que pon más empeño en calmarte, necesitas sacar la rabia fuera, hay diferentes manera de poder hacerlo sin dañar a nadie, ni a ti mism@.
  • Aprende a distinguir entre molest@, enfadad@, enojad@ y furios@, son distintos grados en los que la cantidad de rabia es distinta, en el primer caso mínima (fácilmente manejable) o excesiva en el último (más difícil de canalizar bien).

Recuerda que vivir con rabia hace que aumenten los problemas cardiorespiratorios, tensión muscular y nerviosa, lo que puede provocar otros efectos como insomnio, dolores de distinto tipo y más importantes si se mantienen en el tiempo.

Enfadarse es una reacción natural y por tanto la debemos respetar, pero sí podemos revisar, como usamos el enfado.

¿Todos los enfados son buenos?

Ya sabemos que no, algunos podrían ser evitados, otros reducidos o expresados de forma diferente.

Enfadarse bien sería un arte que todos deberíamos practicar. Para eso necesitaríamos conocer cómo funciona esa reacción de enfadarnos, para que sirve, para que la usamos y que obtenemos con ella.

Mucha gente cree que el enfado es una reacción que no se puede evitar y que la única manera de controlarlo es con la represión y contención, esto rara vez funciona, lo único que se hace es acumular más rabia lo que hará que sea aún más explosiva y difícil de controlar la próxima vez.

Por eso lo mejor es ir al foco de lo que produce esa reacción excesiva para que no sea necesaria la represión ni el control, entonces el enfado se convierte en una reacción sana y constructiva para la vida de la persona. En ese proceso se descubren facetas de un@ mism@ que fortalecen y hacen ganar tanto interiormente como en las relaciones con otras personas.