Hardcore y folk: Política en la música

En la música, como en todas las formas de expresión artística, el creador siempre tiende a imprimir una parte de sí mismo en su obra, ya sean emociones o ideas. La expresión tan directa que posee la música la hace propicia para este propósito y a lo largo de las décadas encontramos numerosos ejemplos de este uso de la música como canal de difusión.
Cuando hablamos de transmitir ideas, estas suelen atender al ámbito social o político. Y siempre que relacionamos estas dos palabras, música y política, normalmente nos viene un género a la mente, el punk. Pero se han dado muchas más corrientes a lo largo de las décadas.

Ya desde los años 40 y siendo una de las mayores influencias para la corriente de la canción protesta durante los 60, Woody Guthrie y su máquina mata fascistas denunciaban las desigualdades de unos Estados Unidos que aun no se habían recuperado del crack del 29 y hacían campaña contra el enemigo mundial encarnado en Alemania e Italia durante la segunda guerra mundial.

Para el final de la década su salud había comenzado a empeorar siendo diagnosticado en 1952 con la enfermedad de Huntington. Enfermedad que le llevaría a la muerte en 1967.

Pero para entonces toda una legión de folkies instalados en la Greenwich Village de Nueva York le había tomado el relevo, teniéndole como una de las mayores influencias. En los músicos de este movimiento la tónica predominante era la canción protesta centrándose en los temas de la actualidad estadounidense, tales como la guerra de Vietnam, la campaña por los derechos civiles, la creciente tensión entre los bloques capitalista y comunista durante la guerra fría y las desigualdades sociales.  De los cuales surgieron grandes músicos dejando una gran influencia para artistas posteriores, gente como Joan Baez, Phil Ochs, Arlo Guthrie el propio hijo de Woody o el mismo Bob Dylan más conocido por sus trabajos ajenos al movimiento. Conforme los años avanzaban y las causas por las que cantaban o luchaban no cambiaban o lo hacían muy paulatinamente, el movimiento fue perdiendo cada vez más fuerza. La disputa entre el bloque capitalista y el comunista se prolongaría casi 30 años más, la guerra de Vietnam no acabaría hasta 10 años más tarrde y la campaña por los derechos civiles vería como sus voces eran asesinadas. Uno de los hechos que más puede decir sobre la muerte del movimiento, además de la perdida de relevancia, es el suicidio en 1976 de Phil Ochs quien se había involucrado de una forma tan activa en las campañas y demostraciones, que al ver infructuoso tanto esfuerzo, entre otras cosas, le llevaron a la locura y al posterior suicidio. Uno de sus biógrafos escribió sobre él lo siguiente.

“By Phil’s thinking, he had died a long time ago: he had died politically in Chicago in 1968 in the violence of the Democratic National Convention; he had died professionally in Africa a few years later, when he had been strangled and felt that he could no longer sing; he had died spiritually when Chile had been overthrown and his friend Victor Jara had been brutally murdered; and, finally, he had died psychologically at the hands of John Train.´´

Pero a medida que este movimiento bastante ortodoxo iba desapareciendo, otro con mucha más rabia nacía en el underground norteamericano, alcanzando su máxima difusión y notoriedad en el Reino Unido. El punk abanderado por Sex Pistols y The Clash, se convertiría en una de las vías de protesta más activas hacia la crisis sufrida a mediados de los 70, con todas las medidas derivadas de la misma y la creciente influencia del partido conservador liderado por Margaret Thatcher. Las letras siempre andaban relacionadas con las manifestaciones de la época y la critica al gobierno por parte de The Clash, y la anarquía, el desorden y el rechazo a las instituciones por parte de los Sex Pistols.

Pero a medida que la década terminaba se iban formando nuevas bandas que tomaron el estilo musical como influencia pero dándole un enfoque más complejo con un objetivo completamente distinto. Era el momento de gente como Joy Division, Wire o The Fall, había nacido el post-punk y el punk tradicional fue teniendo cada vez menos fuerza, el propio Johnny Rotten formó en 1978 Public Image Ltd tras dejar Sex Pistols, un grupo que nada tenía que ver con su banda previa.

Paralelamente al ascenso y caída del punk en el Reino Unido, en Estado Unidos comenzaron a aparecer bandas con la misma actitud pero llevada a un extremo más agresivo aun, el hardcore llegaba de las manos de Minor Threat, Black Flag y Dead Kennedys, grupos liderados por tres personas muy activas en el mundo de la política Ian Mckaye, Henry Rollins y Jello Biafra.

Henry Rollins posiblemente sea el más conocido. Vocalista en Black Flag, marcado por una actitud de confrontación y rezumando rabia en sus actuaciones consiguió llegar a donde esta simplemente rodeándose de músicos, gracias a su amistad con Ian Mckaye, quienes eran amigos desde el instituto, consiguió introducirse de lleno en la escena del hardcore de Washington DC, cosa que eventualmente le llevo a actuar en algunos conciertos con la también legendaria banda Bad Brains. Esta serie de actuaciones improvisadas llevo a que los californianos Black Flag quienes aun no habían editado ningún álbum se interesaran por él, y tras esto llego el primer disco del grupo con Rollins como vocalista, el imprescindible “Damaged´´. Tras entrar el grupo en hiato, Rollins se dedicó a dar conciertos para las tropas estadounidenses destinadas en Afganistán, siempre desde una actitud crítica hacia la causa y en tono solidario más que simpatizante.

Su gran amigo Ian Mckaye hijo de un escritor del Washington Post creció en un entorno intelectual y tolerante, teniendo contacto a temprana edad con varios instrumentos como el piano o la guitarra. De los tres, posiblemente sea la persona más importante en el ámbito musical, fundador de Minor Threat grupo pionero en el hardcore, fundador de Fugazi creadores del post-hardcore, fundador del grupo The Evens y cofundador y dueño de la importante discográfica Dischord Records hogar de grupos como Rites Of Spring o The Nation Of Ulysses. Mantuvo siempre una actitud muy crítica con el gobierno de su país, con opiniones que se hacían cada vez más agresivas a medida que avanzaba su carrera, al contrario que lo hacia su música. Se involucró también en campañas feministas relacionadas con la escena punk de Washington.

El ambiente en el que fue educado, unido a malas experiencias de personas cercanas a su entorno con las drogas, le llevo a rechazar por completo ese aspecto que parecía ligado a la escena del punk, dando lugar a la filosofía del Straight Edge que rechazaba todo tipo de drogas, incluidos alcohol y tabaco, promiscuidad en las relaciones e incluso llegando a abrazar el vegetarianismo, justificando este rechazo en que se trataba de elementos distractores que alejaban los pensamientos de los problemas en los que estaba inmersa la sociedad de su tiempo. Con unas ideas de mercado que se oponían a las clásicas propuestas por las grandes discográficas creó una política de 10$ el disco y 5$ el concierto, siempre y sin excepción, lo que le llevó a tener que rechazar grandes acontecimientos y actuando siempre para audiencias reducidas, se llego a decir que por cada actuación que Fugazi aceptaba tenía que rechazar otras 50.

El último de los tres, Jello Biafra, posiblemente sea el que se encuentra más involucrado en el ámbito de la política. Vocalista de una de las bandas más importantes de hardcore y del punk en general, Dead Kennedys. Procedente también de una familia intelectual, desde muy pequeño desarrollo un gran interés por la política internacional. Tocó en varios grupos antes de formar Dead Kennedys, con un sonido mas avant-garde y un gran componente de improvisación. Cosa que podría explicar el sonido característico de la banda, que iba mas allá de la simple instrumentación de un grupo de punk, además de las letras escritas por Jello Biafra siempre en tono crítico y humorístico hacia temas políticos bastante serios, siempre criticando al gobierno estadounidense de la época. Tras abandonar la banda siguió en el mundo de la música con otra serie de grupos que nunca alcanzaron la fama que alcanzó Dead Kennedys. Llegó a participar en política, presentándose a la alcaldía de San Francisco utilizando métodos de campaña poco convencionales, como llevar camisetas de la anterior campaña de su oponente, también se presentó a la presidencia del partido New York Green Party donde también uso métodos de campaña atrevidos utilizando a un condenado a muerte como su compañero de campaña, mas tarde cubrió varios congresos demócratas y republicanos con un equipo de grabación detallando estos mítines en su álbum Become The Media  de donde se le atribuye la frase

“Don’t hate the media, become the media´´

A medida que el género se hacía más popular, comenzaron a aparecer muchos más grupos, menos concienciados en los temas políticos, lo que hizo perder fuerza a la escena y que apareciesen caricaturas de la misma como el Pop-punk.
Unido a la decadencia del hardcore y su mensaje, otros géneros tomaron su relevo, principalmente el rap que hasta mediados de los 90 cuando sufrió algo parecido a lo ocurrido con el hardcore, era la principal voz en relación a las injusticias de los barrios más humildes reservados principalmente a minorías étnicas.

Actualmente todos estos géneros siguen existiendo y teniendo cierta relevancia pero con una conciencia política bastante más reducida, y con un publico mucho menor. Con la situación social actual poco debe faltar para que surja un nuevo genero con una acogida igual de grande que los anteriores.