Integrando Mindfulness en la terapia

Mindfulness es bueno para ti. En miles de estudios, poco a poco, se ha demostrado que la atención sin juzgar mejora el bienestar, fortalece las relaciones, aumenta la concentración y la atención, e incluso fortalecer nuestro sistema inmunológico.

Así que no es ninguna sorpresa que los terapeutas se hayan interesado en el uso de la atención con sus pacientes. El potencial de beneficio es claramente grande. Pero, ¿cómo pueden los terapeutas realmente incorporar el mindfulness y la atención plena en su práctica? Y, ¿es siempre útil para los pacientes?

Para obtener respuestas a estas preguntas, se ha publicado el libro Habilidades Esenciales para la psicoterapia basada Mindfulness (Essential Skills for Mindfulness-Based Psychotherapy en inglés). Los psicólogos basados en autores de Harvard, Susan Pollak y Ronald Siegel, y el trabajador social clínico Thomas Pedulla proporcionan una gran cantidad de investigaciones que demuestran los beneficios del mindfulness, tanto para los terapeutas y pacientes, junto con una guía detallada sobre cuándo y cómo las prácticas de la atención plena puede ser útil en situaciones terapéuticas específicas.

Parece que hay poca controversia sobre los terapeutas que practican mindfulness para sí mismos, y los autores recomiendan altamente hacerlo. En varios estudios, los investigadores encontraron que los terapeutas que practican mindfulness experimentan menos desgaste, más auto-compasión, y una mejor relación con sus pacientes, lo que lleva a más bienestar para los terapeutas. Además, algunos estudios muestran que los terapeutas que practican mindfulness son más altamente valorados por sus pacientes.

Los terapeutas pueden incorporar fácilmente el mindfulness en su vida cotidiana como los médicos, escriben los autores. Simples prccticas de mindfulness como éstas pueden ayudar a los terapeutas a aprovechar su propia alegría y aumentar su tolerancia para experimentar emociones difíciles, beneficiandose a sí mismos ya sus pacientes.

Pero los terapeutas tienen que tener más cuidado al sugerir prácticas mindfulness para sus pacientes, según los autores. Mindfulness implica la práctica de tres conjuntos de habilidades básicas, cada uno con diferentes efectos:

  • Concentración, o centrar la atención en un objeto fijo de la conciencia, que puede ayudar a entender la forma en que sus mentes funcionan;
  • Monitoreo, o prestar atención a lo que está pasando a través de su conciencia, que puede ayudarle a permanecer curioso y abierto a lo que surge en la vida;
  • Aceptación, lo que implica un desarrollo de una actitud compasiva hacia su experiencia y usted mismo. Aunque cada habilidad es importante para la atención plena, cualquiera puede ayudar o dificultar la curación de un paciente potencialmente.

Por ejemplo, los pacientes que son muy ansioso y nervioso puede no ser capaces de quedarse quietos y concentrarse en la respiración sin aumentar su ansiedad; puede ser que se beneficien más de una meditación caminando o centrado la atención en algo fuera de sí mismos, como los sonidos de su entorno. Una mujer atrapado en un matrimonio abusivo no podrá beneficiarse de una meditaciones amorosa, en lugar necesita conectarse con su ira a través de simplemente hablar sobre su situación y considerar sus opciones. La practoca de mindfulness no siempre mejora la terapia, pero sin duda puede ayudar en muchas situaciones.

Los terapeutas toman en cuenta las circunstancias antes de prescribir prácticas mindfulness para los pacientes. Por ejemplo, los terapeutas deben ser experimentados practicantes de sí mismos y tener en cuenta la disposición de sus pacientes para manejar experiencias mindfulness. Ellos deben entender cómo diferentes practicas de mindfulness tienen un impacto sobre las personas, es decir, deben saber si la práctica ofrece una sensación de paz y seguridad, o de ansiedad y fuerte conexion emocional. Estas y otras cuestiones, como la calidad de la relación terapéutica, se deben considerar antes de implementar mindfulness con los pacientes, advierten.

Los pacientes pueden no estar abiertos a la idea del mindfulness debido a razones religiosas o de otro tipo. En este caso, los autores sugieren que los terapeutas introduzcan el mindfulness como un calmante para el estrés científicamente probado, en lugar de una versión secular de una práctica budista. Los terapeutas también pueden proporcionar las experiencias de los pacientes que se beneficiaron de esta practica, utilizando el tiempo de la sesión de terapia para asegurarse de que los pacientes se sientan cómodos con las prácticas.

Los autores deben tener una base sólida sobre el mindfulness y la información importante sobre el proceso terapéutico. Su libro está lleno de ejemplos clínicos, así como instrucciones detalladas sobre cómo utilizar la atención en diferentes situaciones terapéuticas con diferentes tipos de pacientes. Si eres un terapeuta interesados en incorporar la atención en tu propia vida o en el trabajo que haces con los pacientes, te recomiendo este libro.