La intención de este consejo es que sea de utilidad tanto para los fumadores activos, como los pasivos que deben soportar el humo de los primeros. Por medio de la comida podemos colaborar en la deshabituación tabáquica.
Con ella conseguiremos:
- Ayudar a liberarnos de la nicotina
- Facilitar un buen aporte de antioxidantes para contrarrestar todos los radicales libres favorecidos por el humo del tabaco
- Aportar nutrientes que nos ayuden a superar el estrés o la ansiedad de dejar el tabaco
- Evitar engordar al dejar de fumar, favoreciendo la depuración del organismo

Hay alimentos que tienen efectos más estresantes que otros. Cafeína, alcohol, y alimentos con muchos aditivos y grasas saturadas pertenecen a la categoría de los que nos estresan. Sin embargo; agua, fruta y verdura, pescado azul (ricos en omega3), frutos secos, y los cereales integrales son alimentos que nos proporcionan un buen estado de salud.
Intentar comer cinco o seis veces (no deben pasar más de tres horas sin ingerir alimentos) al día para no tener la tentación del picoteo no saludable y tomar al menos dos litros diarios de agua para ayudar a limpiar el organismo. Reducir la sal, los fumadores suelen tomar más cantidad de sal (aprecian menos el sabor), al dejar de fumar reducir el aporte de sal, que favorecerá no retener líquidos.
Comer de forma ordenada, regular con un horario adecuado y practicar ejercicio físico a diario, nos favorecerá nuestra salud física y mental. La actividad física o el deporte no solo queman calorías, sino que también contribuyen a reducir el estrés y combatir la ansiedad. ¡Muévete!