La Asociaciación de Jugadores Anónimos

Las apuestas entran en nuestras vidas como una afición, juego o hobby.

Esto nos lleva a dedicarle tiempo, del que disponemos para aficiones o ratos libres y con el paso de los días, el que dedicaríamos a trabajo, estudios, familia y obligaciones cotidianas.

El entorno familiar se enrarece, mentiras y engaños se apoderan de nuestras vidas y un creciente número de tensiones se suman a la desconfianza de nuestro entorno. Inquietud, remordimiento y culpa nos acompañan antes, durante y después de jugar, volviéndonos inseguros y esquivos.

Solo tenemos una prioridad, jugar y todo lo que lo rodea. Conseguir dinero, ocultar deudas, no ser vistos jugando y jugar lo antes posible.

Nos engañamos, buscamos escusas en las deudas que vamos acumulando o gastos que no podemos acometer al dedicar el dinero al juego.

Si ganamos volvemos para ganar más, si perdemos volvemos para recuperar, si estamos tristes jugamos para encontrar felicidad, cuando estamos felices jugamos y nos ponemos tristes, siempre jugamos, siempre perdemos, vivimos en un miedo constante de ser descubiertos y encubrimos nuestros actos.

Jugamos más de lo que queremos, queremos jugar más de lo que podemos y no controlamos ni dominamos lo que jugamos.

Empezamos jugando lo que tenemos, luego jugamos lo que no podemos, pasamos a lo que nos prestan o dejan, entonces vendemos lo que cogemos y por último estafamos y robamos.

Llegados hasta aquí nos sentimos solos, desconfiamos de todo, y la impotencia ante nuestra enfermedad nos va apartando de la realidad que nos rodea. Por el camino, perdemos amigos, pareja y familia, desaprovechamos el dinero, las oportunidades y nuestras capacidades, pero sobretodo nos perdemos a nosotros mismos y enterramos al yo que algún día fuimos.

Rehuimos, eludimos y evitamos los problemas, las responsabilidades y las relaciones, siempre pensando que todo se solucionara por sí mismo.

Si mentalmente estamos espesos y ausentes, físicamente nuestro organismo se resiente. Dormimos mal, comemos menos, estrés, ansiedad, malestar y generalmente un consumo creciente de tabaco, alcohol, fármacos o drogas.

La autodestrucción personal y de nuestro alrededor sigue su curso sin pausa ni tregua.

Se valiente y rompe con el juego, busca ayuda, dejate ayudar y toma las riendas de tu vida.