Puede tratarse tanto de una antigua mesa de hogar reconvertida en pupitre de despacho como de la mesa más moderna de toda la ciudad. El diseño importa siempre, pero hasta cierto punto, y muy especialmente cuando de despachos se trata. La comodidad sigue siendo la base de la creación del despacho. Por lo que se permite innovar siempre que no la pongas a prueba.
Pasamos demasiadas horas trabajando y eso acaba pasando factura en nuestra salud. Por eso, a la hora de elegir las mesas y las sillas que serán parte de nuestro despacho, tenemos que huir siempre de las más llamativas si, por el contrario, nos pueden resultar demasiado incómodas.
Su durabilidad también debe tenerse en cuenta a la hora de realizar la compra, ya que unas sillas y mesas que duran poco o que se vuelven incómodas al paso de pocos meses, demuestras que cuentan con una calidad escasa y que a la larga pueden dañar nuestra espalda o cervicales.
Otro de los grandes fallos a la hora de decorar un despacho, suele ser seleccionar la silla más cómoda para nosotros y las más económicas para las visitas que llegan. Obviamente el tipo de asiento no debe ser el mismo si no tenemos un presupuesto muy elevado, pero una silla demasiado incómoda hará que nuestras visitas no se sientan del todo a gusto con nosotros y puede llegar a repercutir en la orientación de la reunión que se lleva a cabo.