Mi hijo tiene Influenza, ¿ahora qué hago?

Antes que nada, no entres en pánico. La influenza es ocasionada por un virus del cual existen dos tipos A y B, los cuales ocasionan síntomas principalmente respiratorios (dolor de garganta, congestión nasal y tos), latidos rápidos del corazón, dolor de cabeza, fiebre elevada (mayor a 38.0 ° que no cede con medicamento), dolor muscular y de articulaciones, vómito y diarrea. Pero con los cuidados adecuados tu hijo estará recuperado muy pronto.

El mundo vivió una pandemia de influenza debido a una nueva cepa del virus, como respuesta a esto se promovió la vacunación como principal estrategia de prevención. Esta enfermedad se presenta durante brotes estacionales (invierno), de ahí la importancia de la aplicación de vacunas contra la influenza en la temporada previa a estos brotes (a partir de octubre) para poder generar inmunidad ante el virus. Si bien puedes haberte enterado de un familiar o conocido que aun con la aplicación de la vacuna llego a contagiarse de influenza, es muy probable que los síntomas que presento fueran más leves que los que hubiese presentado si no se hubiese aplicado la vacuna.

Si a tu hijo se le ha realizado una prueba rápida de Influenza dando positivo a alguno de los dos tipos existen algunas recomendaciones que puedes seguir durante su tratamiento y recuperación:

  • ¡No se le baja la fiebre!

Respira. Uno de los principales datos de alarma para una madre es la fiebre. El organismo de tu hijo está luchando contra el virus, la fiebre es un mecanismo de defensa completamente normal. Sin embargo es importante mantenerla controlada debido a las complicaciones que puede generar (convulsiones). Además de administrarle medicamento para la fiebre se sugiere que se le apliquen medios físicos (paños de agua tibia) o se bañe (con agua tibia no fría). Mantenerlo siempre hidratado con agua o electrolitos en caso de ser necesario.

  • ¡No puede respirar!

Debido a la congestión y secreción nasal, además del dolor de garganta y la tos tu hijo puede tener dificultad para respirar. Para mejorar estos síntomas es indispensable que en medida de lo posible no recuestes totalmente en horizontal a tu hijo, coloca algunas almohadas en su espalda. Esto ayudara a tu hijo a respirar mejor.

En algunas ocasiones se le puede indicar micronebulizaciones con el fin de desinflamar los bronquios, favoreciendo que respire mejor y expulse las flemas. No debes suspender este tratamiento hasta que se te indique ya que es de vital importancia.

Puedes colocar pomada lubricante o contra rozaduras alrededor de la nariz para prevenir lesiones debido a la fricción de los pañuelos contra la piel.

  • ¡Tiene dolor y está muy decaído!

Durante algunos días los niños que padecen influenza se pueden mostrar decaídos, somnolientos e irritables ya que tienen malestar general, dolor muscular y de articulaciones, pero principalmente cansancio. Se sugiere mantener a los niños en reposo dando aviso de su condición a su institución educativa.

En casa hay que permitir que tu hijo realice las actividades que pueda realizar como leer, ver televisión, jugar, etc. No hay que forzarlo a levantarse de su cama si no lo desea, permítele descansar. Puedes administrar algún medicamento para controlar el dolor previamente consultando a su pediatra.

Durante su recuperación, además de mantenero hidratado debes cuidar su alimentación. Procura darle alimentos ricos en vitamina A, C y D (principalmente cítricos) que le ayudaran a fortalecer su sistema inmune y hacerle frente al virus. No se aconseja darle alimentos irritantes, con grasa o condimentados.

¿Cómo no contagiarme y prevenir que otro miembro de la familia se contagie?

Aquí es muy importante el uso de cubrebocas y de lavarse muy bien las manos antes y después de haber tenido contacto con tu hij@. No utilizar artículos donde tu hijo haya bebido o estornudado (cepillo de dientes, vaso, cubiertos, etc).

Asegúrate de limpiar y desinfectar juguetes, mesas y demás superficies con las que la familia tenga contacto común ya que en estas puede sobrevivir el virus.

En caso de que tú o alguno de los miembros de la familia presente síntomas de resfriado (escurrimiento nasal, dolor de cabeza, dolor muscular, etc) es aconsejable realizar una prueba rápida de influenza para detectar a tiempo la infección y dar tratamiento oportuno.

La clave durante el tratamiento de la influenza es no suspender el antiviral y los demás medicamentos indicados, además de mantener una adecuada hidratación y mantenerse en comunicación con su pediatra.