Las razones por las que picamos entre horas pueden ser muchas, el hambre, el aburrimiento, el estrés, la ansiedad; y podemos hacerlo en cualquier sitio: en casa, en el trabajo, mientras damos un paseo; y por norma general lo que nos apetece es un refresco, una golosina, un helado en verano…Lo cierto es que picar es un placer al que pocos pueden resistirse. Pero a pesar de ser un hábito muy común, también debemos saber que puede poner en riesgo nuestra salud bucodental.
Este picoteo puede propiciar la aparición de caries, debido a que la gran mayoría de nosotros estamos acostumbrados a cepillarnos únicamente después de las principales comidas y, en algunos casos, sólo llegamos a uno o dos cepillados diarios.
Formación de bacterias en la boca
Cada vez que comemos, las bacterias que tenemos en la boca, empiezan a fermentar los azúcares de los alimentos y los transforman en ácidos que disminuyen el pH de la cavidad bucal. Esto provoca una desmineralización del esmalte de los dientes que, si se mantiene de forma prolongada, puede dar lugar a la formación de caries y enfermedades de las encías. En condiciones normales, en ausencia de picoteo, el esmalte de los dientes es capaz de remineralizarse por completo hasta la próxima ingesta, una vez que el pH de la saliva se restablece.
Durante las principales comidas, los alimentos que ingerimos son menos dañinos y se genera más saliva, que contribuye a disminuir los efectos negativos que los ácidos de los alimentos tienen sobre los dientes y las encías. Sin embargo, cuando picoteamos, ingerimos una menor cantidad de alimentos que en las comidas principales y los niveles de saliva también disminuyen y resulta más fácil que las bacterias se acumulen en la boca.
Qué alimentos son mejores para tu boca
Los alimentos menos recomendables y que más favorecen la aparición de caries son los que contienen carbohidratos simples y los alimentos ricos en almidón, los dulces como la repostería, las galletas, las golosinas, bollería industrial, bebidas con azúcar, zumos de brik, las patatas fritas o los snacks salados. Cuanto más frecuente se consuman y más tiempo estén en la boca, más ácidos provocan.
Por lo tanto, debemos moderar la ingesta de comida entre horas, pero en estos días en los que para muchos picar entre horas es casi imposible de evitar, deberíamos elegir alimentos más saludables como frutas, frutos secos, verduras crudas, queso, yogures o infusiones. Esto es porque, durante su masticación, la producción de ácidos en la boca es mínima.
Si a pesar de los esfuerzos no podemos resistirnos, tenemos que recordar que la correcta higiene de nuestra boca es perfectamente posible, ¡debemos cepillarnos los dientes siempre que la tentación nos pueda! Debemos recordar que los niños son especialmente vulnerables al azúcar por lo que tendremos que tener más cuidado en su caso. En el caso de que no estuviéramos en casa o no pudiéramos lavarnos los dientes, podemos masticar un chicle sin azúcar, que estimula la producción de saliva y da lugar al restablecimiento del equilibrio del pH.