Es importante que al terminar la jornada escolar los niños tengan una forma diferente y divertida de seguir estimulando las capacidades tanto físicas como intelectuales. Ello les hará adquirir unos hábitos y aprender a organizarse mejor. Cuando establecemos unos horarios aprendemos a controlar nuestro tiempo, algo que no resulta tan fácil cuando llegamos a la edad adulta, por lo que, cuanto antes se trabaje en ello, mucho mejor.
Deportes
La opción tradicional por excelencia. Tanto individuales como en equipo, la actividad física contribuye al desarrollo de las habilidades motoras de los niños, además de ayudarles a que crezcan en buena condición física y saludable. Si optamos por los deportes individuales -la natación, el judo, el karate, deportes de raqueta-, estos fomentarán la competitividad y el sacrificio por lo que les apasiona. El deporte provee de una fuerza y motivación que se refleja en el carácter adulto a la hora de afrontar cualquier situación. Si por el contrario escogemos un deporte en equipo -fútbol, baloncesto, balonmano, voleibol, etc.-, estos ayudarán a desarrollar las habilidades para trabajar con los demás y a mejorar la coordinación entre ellos. La práctica del deporte se recomienda siempre como hobby pero, si se adentra en el mundo de la competición desde pequeño, el deporte se convierte en una pasión, un estilo de vida que merece la pena descubrir.
Idiomas
Hay niños a los que no les atrae la idea de realizar deporte después del colegio. Las academias de aprendizaje de idiomas son una buena opción en este caso. Quizás la mejor hoy en día, ya que conocer otras lenguas les permitirá en un futuro un montón de opciones como entender el idioma de cada lugar al que viajen, acceder a más ofertas laborales, o adquirir un enriquecimiento cultural ajeno al propio. Además, de pequeños es más fácil aprender una lengua diferente ya que en nuestros primeros años de vida el cerebro es una esponja y tenemos mucha más facilidad para absorber conocimientos.
Música
Hacer sonar bien un instrumento requiere un esfuerzo constante, perseverancia para mejorar y además una pasión por este arte. Invertir en música es invertir en el crecimiento tanto intelectual y físico como espiritual. Clases de piano, de guitarra, de instrumentos de aire… Todo un mundo musical que los consevatorios ponen al alcance de los niños en horario extraescolar.
Teatro
La mejor forma de desarrollar desde bien pequeños las destrezas comunicativas y de expresión corporal. A los niños les encanta y suele ser una actividad que pierde algo de fuerza con la edad, ya que cuando somos más mayores tenemos más vergüenza o nos sentimos más nerviosos e inseguros a la actuación pública. El remedio al pánico escénico.
Dibujo y pintura
El arte ayuda a que prestemos más atención al mundo que nos rodea, a fijarnos en cada detalle y a descubrir todo nuestro entorno. Es ideal para los niños, ya que la actividad artística resulta una actvidad muy estimulante para desarrollar los sentidos, adquirir valores y desarrollar la capacidad creativa.
Gimnasia y danza
Formar parte de este mundo es sumergirse en un mar de sensaciones. La expresión corporal de la forma más rítmica y coordinada posible. Gimnasia rítmica o artistica, ballet, danza contemporánea, bailes modernos… Las academias ofrecen cada vez más una gran variedad de estilos que captan el interés de los más pequeños y ayudan a mejorar las destrezas sociales.