¿Sabes como afrontar una picadura de medusa?

Si eres de los que disfruta sus vacaciones de verano en la playa, seguramente estés familiarizado con una de las mayores preocupaciones de los bañistas, las medusas. Las medusas son animales marinos, transparentes y de aspecto gelatinoso, que habitualmente, con el calor y los cambios de las corrientes marinas, aparecen en nuestras costas de forma masiva. Esta marcha silenciosa, característica de las medusas, puede ocasionar una situación bastante incómoda a los bañistas, que pueden ver interrumpidos bruscamente sus días de playa.

¿El motivo?

Las medusas son animales cazadores, y como tal, tienen órganos especializados para ello. Estos órganos conocidos por todos son sus tentáculos, o más concretamente, unas células presentes en ellos. A través de estas células, las medusas son capaces de inocular el veneno a su presa, paralizándola. En el caso del ser humano, el efecto es mucho menor, pero si bastante incómodo.

Este efecto se caracteriza por los siguientes síntomas:

  • Dolor abdominal, de cabeza y muscular
  • Espasmos y calambres
  • Erupción
  • Picor
  • Sudoración
  • Dolor en el pecho, disminución de las pulsaciones
  • Desmayo

Estos son los síntomas más habituales, aunque en algunos casos, debemos recordar que existen personas con más sensibilidad que otras, pudiendo llegar a sufrir un shock anafiláctico. Por este motivo, aunque es muy poco frecuente, debemos mantener en observación al afectado y acudir a un centro hospitalario si empeora.

Dada la naturaleza de las medusas y su apariencia, es difícil prevenir una “picadura”. Debemos tener en cuenta que las medusas ni pican ni muerden, sino que la inoculación del veneno se produce al tocarlas, por lo que las famosas “picaduras siempre son accidentales.

En caso de haber sufrido una, lo mejor que podemos hacer es seguir estos pasos para mitigar el dolor y acelerar la recuperación:

  • Lavar inmediatamente la herida, con agua marina o suero fisiológico, nunca con agua dulce, ya que reactiva la “picadura”.
  • Si quedan restos de la medusa adheridos a la piel, deben retirarse con unas pinzas, nunca con la mano, ya que tenemos el riesgo de tocar las células urticantes.
  • Colocar una toalla o paño frio o con hielo en la zona para disminuir la reacción.
  • Cubrir la herida con una crema antihistamínica y con corticoides, que eviten la reacción alérgica y aceleren su recuperación.
  • Mantener la herida tapada durante dos o tres días.

No obstante, lo más recomendable es consultar la previsión de floraciones de medusas en la zona para evitar sustos, o preguntar a los lugareños de la zona si se desconocen las aguas. Pero si aun así no puedes evitar la picadura, con estos sencillos consejos volverás a disfrutar de la playa sin problemas.