Seitán: propiedades y cómo prepararlo

A pesar de lo que mucha gente pueda pensar, una dieta vegetariana puede tener todos los nutrientes necesarios para llevar una vida tan sana como quiera quien la consuma. Esto quiere decir que quien lleva una vida libre de carne y pescado puede llenar su mesa con la tranquilidad de ofrecer a su organismo todo lo que necesita.

¿Cómo? Muy sencillo. No solo tomando una gran variedad de fruta, verdura, arroz, legumbres y pastas, sino también a base de otros productos no tan conocidos como son el seitán, por ejemplo.

El seitán no tiene por qué ser patrimonio de los vegetarianos, sino que cualquiera puede incorporarlo a su dieta.

¿Qué es el seitán?

El seitán es conocido como la carne vegetal debido a su aspecto. El seitán procede del gluten de trigo, del que se separa el almidón y se amasa como si fuera una pizza hasta conseguir una masa esponjosa.

¿De dónde procede?

El seitán procede del Japón de los años sesenta, aunque cocinar con el gluten de trigo forma parte de la cocina asiática desde hace más de seiscientos años.

¿Cuáles son las propiedades del seitán?

  • Tiene gran cantidad de proteínas, al menos un 24% de su peso total.
  • Es muy bajo en grasas, por lo que puede tomarlo quien quiera tener una dieta ligera.
  • Contiene mucha vitamina B.
  • Contiene gran cantidad de hierro.
  • No tiene ni sodio, ni azúcar.
  • Es muy digestivo.

¿Cómo se puede comprar?

Lo podemos encontrar envasado al vacío, fileteado o fresco, en tiendas vegetarianas o de productos ecológicos.

¿Se puede preparar en casa?

En Internet podemos encontrar gran cantidad de recetas para prepararlo en casa y así poder disfrutar del seitán de forma más barata y natural. Se puede cocinar con un kilo de harina de trigo normal, agua, salsa de soja, ajos, jengibre y un trozo de alga Kombu. Según los gustos de cada persona, podemos encontrar muchas recetas diferentes.

¿Cómo se cocina el seitán?

Se puede preparar igual que la carne y podemos preparar albóndigas, filetes, musaka, se puede rebozar o hacerlo con una salsa. Todo depende de nuestros gustos y de lo que nos apetezca.

Puede ser un buen sustitutivo de la carne, si queremos reducir su ingesta y combinarlo con verduras, legumbres y pescados para tener una dieta más limpia y sana.