Vitiligo: causas, tratamientos y consejos prácticos

El vitiligo es una enfermedad que provoca la pérdida de los melanocitos de la piel y por lo tanto pierde su coloración natural. Las manchas blancas aparecen sobre todo en el rostro, las extremidades y las zonas genitales.

Estas manchas suelen aparecer primero en las manos, después en la cara y en ocasiones se extienden a otras partes del cuerpo. Dependiendo de la persona, se puede llegar a la ausencia de pigmentación en todo el cuerpo, aunque no es lo más habitual.

¿Qué produce el vitiligo?

Aunque no se sabe con seguridad, hay algunas teorías acerca de porqué se produce la despigmentación de la piel:

  • El sistema inmune destruye los melanocitos porque los percibe como extraños.
  • Los melanocitos se autodestruyen debido a que a la vez que se produce el pigmento, también se crean subproductos tóxicos.
  • Defecto genético, de ahí que en muchas ocasiones el vitiligo se herede entre familiares.

¿Quiénes lo sufren?

Aproximadamente un 1% de la población mundial sufre de vitiligo, sobre todo en las razas que tienen mayor pigmentación en la piel. Sobre todo tienen vitiligo las mujeres y la primera aparición de las manchas suele ser entre los diez y los treinta años.

¿Cómo se trata el vitiligo?

  • Hay que tener especial cuidado con el sol, ya que la melanina es el ‘paraguas’ natural de nuestra piel y las personas con vitiligo no tienen pigmentación en algunas zonas. Por ello hay que protegerlas siempre con al menos una factor solar 15, evitando su exposición al sol cuando es muy intenso para evitar quemaduras.
  • Se pueden emplear corticosteroides y otros tratamientos similares pero solo en zonas pequeñas. Para zonas más extensas, hay terapias de fotoquimioterapia oral que combinan la exposición al sol con la toma de un comprimido y que permiten que en ocasiones se consiga la repigmentación.
  • También hay publicaciones acerca de la posibilidad de realizar tratamientos quirúrgicos, basados o bien en injertos de piel o en cultivos selectivos de melanocitos del propio paciente de zonas pigmentadas, pero solo es apto en zonas pequeñas y suele tener resultados satisfactorios en el rostro, no tanto en las extremidades. Aún así no se trata de un tratamiento convencional y nunca debe aplicarse en vitiligo activo.

Consejos para quien sufre vitiligo

Desde las asociaciones de pacientes con esta enfermedad apuntan que una de las tareas más importantes de quienes tienen vitiligo es aceptar su enfermedad y asumirla, ya que afecta al aspecto físico y puede resultar complicado de explicar para quien no conoce la enfermedad.

El desconocimiento y los clichés pueden afectar demasiado a las personas con vitiligo, por lo que es recomendable confiar en el médico y en el dermatólogo, así como acudir a terapia si fuera necesario, para poder vivir tranquilos y sin vergüenza con vitiligo.

También aconsejan no dejarse llevar por tratamientos milagro, ya que no se conoce con exactitud las causas de la enfermedad y por ahora no hay nada que tenga una eficacia probada. Confíe siempre en su dermatólogo y nunca se automedique.

Es importante que los pacientes ingieran alimentos antioxidantes, puesto que una de las teorías del surgimiento del vitiligo es una deficiencia del sistema inmunitario y además, hay que llevar una vida sana, hacer deporte y evitar el estrés, que siempre afecta al estado general de nuestro cuerpo.