Cómo reforzar el sistema inmunológico de los niños

Quien tiene niños sabe que es complicado evitar que se constipen o que caigan enfermos, debido a los contactos que tienen en guarderías y colegios y a la fragilidad propia de su cuerpo. Pero eso no significa que los pequeños de la casa tengan que estar siempre enfermos.

Hoy queremos hablar sobre cómo la alimentación puede ayudar a que los niños tengan un sistema inmunitario más fuerte y capaz de sobrellevar mejor cualquier invasión de virus, aunque tengan tamaño infantil.

¿Qué deben comer los niños para fortalecer su sistema inmunitario?

  • Proteínas procedentes de la carne, el pescado, queso, legumbres, cereales y huevo.
  • Vitaminas E, A, C y D (brócoli, legumbres, aguacate, zanahoria, boniato, calabaza, huevos, fruta fresca, pimiento, pescado…), que ayudarán a que su sistema inmune a través de los antioxidantes de estos alimentos.
  • Minerales. Deben tomar fruta fresca, legumbres, huevos, quesos, carne, marisco, chocolate negro y queso fresco para ingerir zinc y hierro, muy importantes para el funcionamiento correcto del sistema inmunitario.
  • Carbohidratos. Esenciales para la energía de su actividad diaria, los obtendrán a través del pan, la pasta, el arroz, las legumbres y la patata.
  • Grasas. Deben tomar pescado azul, frutos secos y aceite de oliva. Mejor disminuir la cantidad de carne roja y bollería, que contienen grasas saturadas que inhiben la respuesta del sistema inmune.

Además, es muy importante que siempre estén bien hidratados bebiendo agua, caldos y zumos, que tomen jalea y miel, alimentos antiinflamatorios, desinfectantes y bactericidas.

Para poder conseguir que los niños coman de todo, es interesante implicarles en la compra y preparación de los alimentos, como una actividad divertida, de descubrimiento de nuevos sabores y texturas.

¿Qué hábitos alimenticios deben seguir?

  • Es preferible un zumo de fruta natural a los zumos envasados.
  • Si les acostumbramos a no tomar bollería, mejor que mejor.
  • Mejor dejar de lado carnes rojas y embutidos y que ingieran carnes blancas.
    No abusar de la sal.
  • Nada de alimentos procesados.

Una buena rutina de alimentación es ideal si la acompañamos por otras costumbres igual de saludables, como por ejemplo:

  • Hacer ejercicio. Con medida, se trata de una estupenda costumbre que les beneficia tanto a nivel físico como mental. Les ayuda a relacionarse, asimilan mejor los valores del equipo y de la solidaridad y además, duermen mejor por las noches.
  • Pasar tiempo al aire libre. Que los niños tomen el sol de forma moderada es fundamental para que su cuerpo asimile mejor la vitamina D.
  • Ayudarles a que tengan hábitos de higiene que evitan en cierta medida los contagios, como lavarse las manos antes de comer y tras ir al baño, ventilar su cuarto…
  • Abrigar a los niños para que no se enfríen, pero sin agobiarles.