El pescado contra la obesidad

“Somos lo que comemos”, esto es algo que cada vez tenemos más claro. Somos conscientes de que nuestra alimentación es algo muy importante, sin embargo, incompresiblemente, no le prestamos toda la atención que debiéramos.

Por lo general, vivimos “agitados” y “estresados”, lo que nos lleva a comer lo primero que encontramos para salir del paso. La comida rápida es algo más habitual de lo deseado, una alternativa rápida, a precio razonable y fácilmente disponible. Esta comida nos aporta grandes cantidades de calorías, grasas, azúcares y sal que nos ponen en riesgo de sobrepeso.

Una mala alimentación unida a un sedentarismo característico de nuestro tiempo, ha provocado que la obesidad se haya convertido en uno de los mayores problemas sanitarios de las sociedades industrializadas.

No se trata de una simple cuestión estética; se sabe que la obesidad está asociada a una mayor prevalencia de enfermedades cardiovasculares, diabetes tipo II, enfermedades pulmonares, osteoarticulares e incluso algunos tipos de cáncer.

Podemos prevenir o combatir la obesidad. Es fundamental seguir unas pautas de “vida sana”: ejercicio, compra inteligente, cocina sana, dieta equilibrada,..

Para estar sano y mantener un rendimiento óptimo todos los días debemos seguir una dieta saludable y equilibrada. Ésta se consigue combinando los alimentos de forma efectiva para ingerir los nutrientes necesarios de acuerdo con la edad, el sexo y el nivel de actividad física.

El consumo de cantidades importantes de pescados se asocia con una disminución del peso. Las dietas ricas en pescado disminuyen la incidencia de obesidad, gracias, por un lado, al bajo aporte calórico de este alimento, y por otro, a que al consumir pescados disminuye la ingesta de otros alimentos con mayor aporte calórico. Por otro lado, recientes estudios parecen respaldar la posibilidad de que los ácidos grasos de pescado tengan un papel en la modulación de las células del tejido graso.

Se ha comprobado que aquellos grupos de personas que consumen una dieta “prudente” que incluya frutas, vegetales, cereales y pescado presentan una menor prevalencia de obesidad y de las enfermedades relacionadas con ella.