Mientras que Platón deambulaba por su cueva en busca de la verdad, otros pensadores de la época seguían su camino, y daban explicaciones aquí y allá sobre los fenómenos inexplicables a través de la mitología, que constituía una protoreligión que derivaría en su politeísmo.
Pero tampoco los griegos clásicos pueden condecorarse con esta medalla al ingenio, ya que los primeros homo sapiens ya nos dejaron impregnadas en las paredes imágenes secuenciales que denotaban una clara intención educativa sobre aquello que les rodeaba.
Luego vinieron los egipcios, con sus jeroglíficos y demás deidades, pero la primera religión que creó dioses a diestro y siniestro, copando todas las inquietudes del mundo antiguo, fue la griega. Los grandes pensadores helénicos crearon personajes humanos divinificados que, a través de mitos o grandes epopeyas (actualmente se suelen desarrollar en fábulas, con un sentido diferente), intentaban explicar para “Dummies” el porqué de la muerte, los terremotos, el sol… en definitiva, todo aquello que no podía ser demostrado de manera racional lo explicaban a través de estos pequeños relatos. Todos conocemos El Laberinto del Minotauro, la creación de los Titanes, el destierro de Hades por parte de Zeus al inframundo, su ayudante Caronte… y, por último, pero no menos importante, ya que de hecho es el quid de este artículo, las musas.
Antes de que se desarrollara la psicología moderna y el conocimiento del cerebro llegara a fases tan avanzadas como las del siglo XXI (y lo que queda), la inspiración creativa, ya fuera en prosa o en verso, venía dada por un toque divino, y llegaba a nosotros a través de estas bellas damas, que sorprendían al artista y lo iluminaban con la gracia de la creatividad, ya fuera para pintar, rimar, dramatizar, etc.
Si os dais cuenta es un pez que se muerde la cola, pues los propios intelectuales de la época tuvieron que mitificar su propia forma de crear, quién sabe si por miedo a admitir que no siempre se pueden tener buenas ideas, o a que ni ellos mismos sabían excusarse de otra forma.
Por tanto, gracias a este toque divino, a este ensalzamiento creativo, estos creadores mitológicos empezaron a desarrollar unas estructuras dramáticas que pese a cambiar de cara y de nombre, siguen llegando hasta nuestros días. Lógicamente a esta moda griega le siguieron el resto, y hoy en día podemos ver textos míticos en la cultura nórdica, romana, hindú, oriental…
Para que me entendáis mejor, os daré unos pequeños ejemplos:
- La tragedia de Medea ha sido llevada al cine o a la literatura en varias ocasiones y, en resumidas cuentas, trata de una mujer que, abandonada por su marido y en plena locura, acaba con la vida de sus hijos para hacerle daño a su congénere. Como podéis ver este mito es perfectamente palpable en el mundo real, y sin salirnos de España tenemos el reciente “Caso Bretón” para justificar esto.
- La Odisea: tras la guerra de Troya (otro mito, por cierto… no, no existió, aunque si se hubiera estirado, por una vez Sean Bean no hubiera perdido la cabeza ), Odiseo/Ulises se hace el malote y no agradece a los dioses la victoria, por lo tanto, Zeus, cabreado, ordena a Poseidón que haga imposible a Ulises volver a su querida isla Ítaca, en donde lo espera su amada Penélope, que deberá aguantar durante años en abstinencia a que llegue su héroe (sí, ya, y que más), quitándose de encima a los aduladores a base de coser y descoser un telar. Esto, como podéis ver, es el camino del héroe, que tiene sus variantes, ya que quien pone como objetivo llegar hasta la princesa, puede poner también la destrucción de un anillo o devolver la paz a la galaxia. Un rasgo común que en el mito original no aparece, es que el héroe suele estar acompañado por un mentor que, por lo general, cuando no tiene más que enseñar a su discípulo o porque mola, muere normalmente de forma trágica, como ejemplos podríamos tener a Qui-Gon Yin, Gandalf (aunque después resucita), Ben Kenobi o, porqué no, a don Vito Corleone.
Como ejemplos de estructura del héroe podéis ver: “La princesa prometida”, “Regreso al Futuro”, “Django Unchained”, que basa su trama en el mito nórdico de Broom-Hilda. Como veis el camino del héroe es uno de los más representados en el cine pero, a su vez, es de los que más variantes admiten, por lo que da lugar a pelis muy diferentes.
Entrando ya en teoría, los autores contemporáneos que desarrollan esta teoría son Joseph Campbell (con su obra: el héroe de las mil caras: psicoanálisis del mito), o Chris Vogler (con su libro: el viaje de un escritor).
- Hércules: el mito del semidiós de extraordinaria fuerza, que logró pasar todas las pruebas que le interpuso el Olimpo, se puede ver en realidad como una muestra de la voluntad del hombre para superar todos sus obstáculos y alcanzar sus metas. Esta estructura es seguida al dedillo por la saga “Rocky”, “Yo, el Halcón” o “Carros de fuego”, entre otras.
Como podéis ver, con el cine ocurre como con las modas, son cíclicas, y la frase “esto ya está inventado” es más cierta en el celuloide que en cualquier otro lugar, pero es normal, el ser humano lleva inventado tramas desde que comenzó a contar historias alrededor de una fogata, en las largas noches del paleolítico superior.