De nada nos sirve adquirir los mejores productos que encontramos en el establecimiento, ni los más caros, sino son los más adecuados para nuestra piel.
Los fabricantes de cosméticos conocen a la perfección los ingredientes activos necesarios para cada tipo de piel y su diseño se segmenta en función de esto. Y tú, ¿conoces los tipos de piel?, ¿cuál es el tuyo?.
Muchas son las clasificaciones que se pueden hacer de la piel, en este Post nos centraremos en los cuatro tipos más comunes de piel:
- Piel Normal, considerada equilibrada y sana, se caracteriza por una buena hidratación y elasticidad. Es el tipo de piel ideal, ya que cumple su función de barrera protectora.
- Piel grasa que se caracteriza por la abundancia de grasa o cebo, lo que hace a la piel demasiado brillante. Además, este exceso produce imperfecciones como las espinillas. Aunque existen varias subclasificaciones, en general, podemos decir que este tipo de piel necesita no añadir más cantidad de grasa durante la limpieza e hidratación de la que ya genera naturalmente.
- Piel seca, cuyo principal problema es la falta de hidratación, ya que no retiene la suficiente. Es propensa a tener un aspecto apagado con arrugas e impurezas, normalmente tirante y rígida.
- Piel sensible, cuya superficie externa está debilitada, lo que la hace receptiva a reacciones externas como el sol, comida o algunos cosméticos. Tiende a enrojecerse, irritándose y produciendo picor.
También es común encontrar una piel mixta que se caracteriza por la mezcla de dos tipos de las anteriormente analizadas.
Después de averiguar cuál es tu tipo de piel, en el próximo Post daremos unos consejos útiles para cada una de ellas.