Dentro de todas las capacidades asistenciales de los fisioterapeutas, la fisioterapia a domicilio es una de las menos conocidas y más demandadas, actualmente los tejidos y las articulaciones pierden elasticidad, flexibilidad y fuerza.
Conforme avanza la edad y el grado de discapacidad hay una disminución de la masa metabólica activa, aumentando por el contrario la masa conjuntiva y la grasa.
El servicio de atención domiciliaria va dirigido generalmente a pacientes que por causas subyacentes relacionadas con su patología que le impiden acudir a su centro de salud de referencia como puede ser el tener una grave discapacidad, ser muy mayor o simplemente como consecuencia de los distintos procesos patológicos que acontecen en esta etapa vital y en la búsqueda de una mayor independencia del individuo.
Todos los cambios posturales deben realizarse de forma lenta, explicando al enfermo cómo lo debe hacer. Los movimientos deben ser tan económicos y lo más normales como sea posible, y hay que inducir las posturas adecuadas.
Ayudarles a controlar y aceptar su situación con el fin de conseguir el nivel máximo de independencia según las posibilidades de cada paciente. Durante la sesión de fisioterapia domiciliaria se incide principalmente en el tratamiento postural, las movilizaciones, las transferencias, ejercicios de mantenimiento, las actividades de la vida diaria, posibles actividades de interés y cuidado del cuidador.