¿Qué es la Biodinámica?

La Biodinámica es la vida en movimiento.

Todos tenemos una experiencia de vida no digerida que se manifiesta a lo largo de la existencia de cada uno de nosotros.

Actuamos, queramos o no, e independientemente de lo que nos suceda, según unos patrones adquiridos dependiendo de muchos factores que comienzan en nuestra concepción en el seno materno, y continúan con nuestro embarazo, parto, postparto, nuestra más tierna infancia hasta los 3 años y de ahí en adelante.

Estos patrones de comportamiento vienen dados por todas las circunstancias familiares, sociales, económicas, políticas, religiosas y creencias limitantes de todo tipo que nos rodean. Esto conforma que nuestra manera de actuar en la vida se rija por tales circunstancias, provocando la alteración del Sistema Nervioso Central que rige nuestro organismo.

Si no hemos sido escuchados y tratados debidamente sin ser juzgados, encasillados o etiquetados, nuestro patrón de comportamiento, que está impreso en nuestro cuerpo a niveles muy profundos, se seguirá manifestando con el agravante de que si es algo que nos perturba, inquieta, molesta e impide la realización más óptima de la vida diaria, como una enfermedad, un desajuste emocional, etc, no seremos capaces de salir de él sin que a éste desajuste se le permita manifestarse en un espacio seguro y de confianza, mediante una escucha profunda y libre de ser juzgado como correcto o incorrecto.

Es oportuno entonces que la persona que se ve afectada según su historia de vida no digerida, pueda sentirse escuchada plenamente en un contexto terapéutico seguro.

Para eso el terapeuta ha de hacer, así mismo, su trabajo personal para adquirir la capacidad de escucha requerida, estando lo más presente posible, para poder ayudar a quienes lo soliciten. Esta cualidad última es imprescindible para hacer el trabajo de Biodinámica.

¿Qué es la terapia craneosacral Biodinámica?

Es un sistema terapéutico natural y manual, suave y profundo, desarrollado por el osteópata americano Dr. William Sutherland, a comienzos del siglo XX, basado en el principio de existencia del Impulso Rítmico Craneal, que es una pulsación rítmica sutil que emerge de los fluidos y tejidos del núcleo del cuerpo, y que es percibido como un movimiento respiratorio sutil en las estructuras que componen el sistema craneosacral: encéfalo, médula espinal, líquido cefalorraquídeo, meninges, huesos craneales, vértebras, pelvis y sacro.

¿Cómo funciona?

En una sesión de Biodinámica Craneosacral, el paciente-cliente siente las manos del terapeuta haciendo un ligero contacto. Éste ha sido entrenado en la escucha respetuosa de los movimientos sutiles internos y externos del cuerpo, su ritmo, sus pulsaciones, sus patrones de congestión y resistencia.

Es necesaria la realización de varias sesiones para obtener los efectos beneficiosos deseados, haciendo consciente e implicando al cliente durante el proceso, así como de los cambios tanto físicos, como emocionales y mentales que va experimentando a lo largo del tiempo.

El cuerpo puede albergar restricciones, golpes, caídas, traumas intensos, no sólo a nivel físico, sino emocional, psicológico…, durante años, contrayéndose debido a estas restricciones, limitando su buen funcionamiento. Todo él se beneficiará de la reorganización inteligente que realiza por sí mismo.

Al liberar las tensiones, se incrementa la vitalidad y la energía restringidas durante tanto tiempo, produciéndose una relajación muy profunda y una sensación real de renovación.

El trabajo hace hincapié en el acompañamiento de la persona hacia la recuperación de su salud a través del incremento de la vitalidad del organismo mediante los recursos de autocuración.

Es muy importante que el sistema nervioso autónomo, alterado por el actual nivel de vida acelerado, o por la propia condición de fragilidad de la persona, relaje su actividad.

Mediante la consciencia propia del terapeuta, se hace partícipe al paciente-cliente de su propia consciencia, de su estado actual, de los recursos que le ayudarán en el proceso de curación, de cómo está y cómo le gustaría estar.

¿A quién puede beneficiar?

Puede ayudar a las personas en casi cualquier condición debido a lo suave y segura que es, tanto en bebés, niños, adultos y personas mayores, incluso en el embarazo y el postparto, un accidente, postoperatorios, o cualquier estado de fragilidad: Relaja el sistema nervioso autónomo, fuente de todas las tensiones acumuladas en el cuerpo que impiden su bienestar general, dolor y tensión de cualquier tipo, tanto físico como emocional o mental, alergias, alteraciones de la ATM (Articulación Temporomandibular), ansiedad, artrosis, asma, bronquitis, ciática, dificultad para el embarazo: antes, durante y después del mismo, estrés, hiperactividad, insomnio, lumbago, migrañas, parálisis facial, problemas digestivos, secuelas de accidentes, zumbido de oídos…, entre otros muchos.