Los nueve hábitos de las personas felices

Todos hemos oído alguna vez eso de ‘mens sana in corpore sano‘ que reivindica la importancia de tener salud tanto a nivel psicológico como a nivel físico para que todo funcione. Porque sabemos que si nuestra mente no está tranquila, nuestro cuerpo lo refleja y al contrario.

Por ello, hoy os hemos querido traer un post diferente sobre los pequeños hábitos que nos hacen felices. Porque a veces se nos olvidan, zarandeados por las tareas del día a día y hacemos de las preocupaciones un mundo, cuando no debería ser así.

Por lo tanto, ¿cuáles son los hábitos de las personas felices?

  • Fuerza ante los problemas. Las personas que se consideran más felices suelen ver los problemas como oportunidades para crecer, luchar, mejorar y sobre todo, aprender. Un desafío ante el cual se presentan con ganas de ganar y con el convencimiento de que puede salir bien.
  • Ante las adversidades inevitables, paciencia. Si no podemos cambiar algo, ¿para qué preocuparnos en exceso? Una persona feliz suele aceptar las cosas como vienen, sin intentar cambiarlas a toda costa, sin forzar. Es preferible que seamos nosotros quienes hagamos el esfuerzo de adaptarnos, porque ya sabéis, ‘si quieres cambiar algo, cambia tú’.
  • La opinión de los demás, hasta cierto punto. Una persona feliz no busca ser aprobado por nadie más que por él mismo. No significa que desprecie lo que otros piensan o que les considere de menos. Esa simplemente que desde el respeto a uno mismo y a lo que desea de forma sincera, no vale nada lo que otra persona piense. No hace falta que nadie valide tus actos, eres tú y y tu autoconfianza quien debe validarlos.

  • Amor por amigos y familia. Una persona feliz sabe lo importante que es rodearse de gente buena, que nos quiere y que nos desea lo mejor, gente que nos llena de buena energía y que nos hace mejores. Y a esos los cuida, los protege, los ayuda y cuenta con ellos en lo bueno y en lo malo. Mantener el contacto y hacerles saber el amor que se siente por ellos es fundamental.
  • Silencio. En ocasiones se nos va la fuerza por la boca y tendemos a hablar más de lo que hace falta. Una persona feliz sabe cuándo guardar silencio, cuándo vale la pena escuchar a los demás, lo mucho que puede aprender de los otros y la de cosas que se conocen solo por dejar a los demás que se expresen de forma libre.
  • Soledad. Alguien feliz es alguien que no necesita estar continuamente rodeado de gente. Es alguien que disfruta de estar solo, de hacer las cosas que le gustan sin compañía, que dedica tiempo a meditar y a pensar sobre uno mismo, a autoexaminarse, a premiarse con placeres y momentos reunidos con el mejor amigo que podemos tener, nosotros mismos.
  • Perdonar y olvidar. Más allá de la concepción cristiana del perdón, una persona, cuando perdona a otra no le hace un favor a quien tiene enfrente. Se lo hace a sí mismo. ¿Cómo? Liberándose del enfado provocado por las acciones de otro, dejando atrás la memoria del agravio, abriendo la puerta a que desaparezca el odio y la angustia. No significa que aceptemos todo lo malo, sino que simplemente sepamos hasta dónde nos puede afectar. El perdón puede ser solo mental, no hace falta que lo expresemos. Cuanto menos odio tengamos almacenado, más espacio tendremos para nuevas ideas.
  • Dar las gracias. Da las gracias a alguien que le regala un chicle, a quien le hace la cena, a quien le dice que hoy está guapo y a quien le llama para recordarle que hacen una película que le gusta. Cualquier motivo, sea grande o pequeño, es bueno para mirar a otra persona y decirle con sinceridad y cariño, muchas gracias. Reconocer lo que los demás hacen por nosotros nos hace grandes y además, ser agradecidos hará que los demás nos recuerden como personas buenas que merecen ser agasajadas así más veces.
  • Cuidarse. Saber que nuestro cuerpo es nuestro compañero de vida nos hará cuidarle más. Comer bien, hacer ejercicio, dormir lo que nos corresponde, meditar, usar ropa cómoda, arreglarnos, descansar… Todo lo que sea bueno para nuestro cuerpo redundará en nuestra autoestima y en nuestro bienestar, por lo que nos hará más felices.